Café. Poca gente se resiste al aroma de un café recién colado o recién hecho, aunque hay quienes dicen que un café de máquina jamás se compara a uno hecho de la manera artesanal. Sea cierto o no, hay ahora mismo una nueva forma de consumir café, nada menos que en aerosol, con el efecto de que las calorías son prácticamente inexistentes y no deja mal aliento.
Aunque recuerda un poco la cocina experimental que chefs como Ferrán Adrià han pretendido poner en boga, este asunto del café en aerosol, denominado AeroShot, pretende ser algo más práctico y basado en una observación lógica. David Edwards, profesor de ciencia aplicada en Harvard y la mente detrás de tan peculiar invento, tiene una teoría respecto a cómo la humanidad ha ido modificando su forma de comer a lo largo de los años y de cómo esta evolución tiende a la respiración. En efecto, Edwards hace la observación de que la humanidad lleva siglos reduciendo porciones y comiendolas a intervalos cada vez más frecuentes.
En términos de comer, lo más parecido a la respiración es la aspiración a través de la boca, y aquí es donde entran en juego el arte culinario y la ciencia de los aerosoles. Ya en el 2009 Edwards había presentado Le Whif, chocolate en aerosol disponible en varios sabores y con la promesa de que era tan satisfactorio como degustar una barra de chocolate, pero sin las calorías asociadas.
En aquel entonces se vio la posibilidad de atraer al mercado de las dietas y, por supuesto, a las modelos, socialités, actrices y demás personas que sienten presión de mantenerse por siempre delgadas. Para Edwards, la comida del futuro será un asunto con un mínimo de calorías, y los primeros pasos en esa dirección ya se han dado con Le Whaf, una máquina que vaporiza las comidas para comerlas mediante aspiración. De momento hay dos en existencia.
Entonces, ¿cómo funciona este asunto de café en aerosol? Lo primero es que AeroShot, al igual que Le Whif, es un dispositivo cilíndrico, del tamaño de una barra de pintalabios, que funciona más o menos como esos inhaladores que suelen usar los pacientes de asma. Para abrirlo, se hala la parte verde, se coloca el otro extremo en la boca, y a inhalar se ha dicho. Cada unidad de Aeroshot contiene 100 miligramos de café (el equivalente de una taza grande) y vitamina B que se disuelven de inmediato. Se estima que cada AeroShot da de seis a ocho bocanadas que pueden consumirse cualquier momento y donde sea, inclusive dentro de un avión, ya cumple con las regulaciones de lugar (no es líquido, para empezar).
AeroShot hará su debut comercial dentro de 82 días en Boston y Nueva York de la mano de Breathable Foods (“Comidas respirables”), la compañía que Edwards ha establecido conjuntamente con el empresario inglés Tom Hadfield con la finalidad promover la experiencia estética de las comidas en aerosol. Todavía no hay información del precio. Más detalles en www.aeroshots.com (en inglés).
ACTUALIZACION: AeroShot pasó a llamarse AeroLife, nutrición inteligente basada en aire, pero aparentes disputas con la FDA en Estados Unidos resultaron en su eventual desaparición. Todavía, a junio 2017, aparecen algunos productos en Amazon.