Mucho se habla de disrupción digital en estos tiempos, pese a que la palabra ni siquiera existe en el idioma español. Derivado del vocablo inglés disruption, este concepto se refiere a algo que vemos a diario: un entorno cambiante que se va por lo digital y colaborativo.
Un excelente ejemplo de esta disrupción digital es Uber, que en el plano local, así como en muchas otras partes, ha provocado el rechazo de gremios que ofrecen servicios de transporte tradicionales. Otro caso digno de tomar en cuenta son las compras online, que los comerciantes locales han jurado en el pasado son un enemigo a muerte.
La realidad es que este panorama cambiante tan solo va a seguir cambiando, cada vez con mayor rapidez. Hay una tendencia hacia servicios gratis o casi gratis, con un componente colaborativo que 20 años atrás hubiese sido motivo de burlas en algunos círculos y un sueño en el mejor de los casos. Todo esto ha venido acompañado de una apertura y democratización que pone en jaque a viejos monopolios que concentraban poder.
La tecnología, como puede verse, ha jugado un papel fundamental en todo esto. Empresas tradicionales, si quieren sobrevivir, tienen que prestar atención a estos recursos y buscar la forma de incorporarlos para poder responder con rapidez a un mercado cambiante y que es a su vez más exigente. La disrupción habrá empezado en Estados unidos y Europa, con gran participación de Asia, pero es cuestión de tiempo antes de que llegue y se manifieste con fuerza por estos lados.
Tecnología también tiene que ver con la competitivad de un país, y eso es algo necesario para hacer frente a esta disrupción digital. ¿Cómo vamos en República Dominicana en estas cuestiones? Según el Informe Global de Competitividad 2015-2016 del Foro Económico Mundial, hemos avanzado al menos 12 puntos en los últimos cuatro años.
A esa puntuación contribuyen mejoras registradas en la capacitación que reciben los empleados de parte de sus empleadores, la capacidad para atraer talento y retenerlo y la productividad de las empresas.
En el entorno actual las empresas enfrentan desafíos en múltiples frentes: nuevos modelos de negocio, necesidades de movilidad, gestión del talento, delincuencia cibernética, entre otros, y para ser exitosas deben aprovechar la tendencia en donde lo material y lo digital se entrelazan.
Antes la tecnología era una herramienta más enfocada en reducir costos y optimizar procesos empresariales, pero ahora es mucho más que eso, se ha convertido en un elemento clave de la competitividad y un elemento indispensable para hacerle frente a los grandes retos económicos y sociales de la actualidad. La era de la disrupción digital se convierte en una oportunidad para que nuestros clientes aprendan, innoven, se reinventen e, incluso, comiencen de nuevo para continuar siendo exitosos en este nuevo mundo.- Jorge Cabeza, gerente general de Microsoft Dominicana al hablar en Empowering The Enterprise.
Jorge Cabeza en Empowering The Enterprise, realizado en La Romana
La disrupción digital ha probado su importancia. Es un tema que los altos directivos de las grandes empresas no están dejando pasar de largo: 40% de ellos estudia la transformación de los negocios debido a la digitalización de sus clientes. Además, se ha comprobado que las compañías que son mejores en materia de digitalización presentan mejores resultados financieros en rangos de entre un 10% y 20%, y superan a sus competidores en igual medida. De ahí que, aunque no es una tarea sencilla, las compañías buscan convertirse en empresas digitales.
