Aparte de tomar foto y video, ¿qué otra cosa puede hacerse con un dron para fines recreativos? En República Dominicana, donde la presencia de estos aparatos ha ido creciendo en los últimos tres años, los usos van desde excursiones y exploraciones hasta carreras, dando así un toque deportivo a la actividad.
Algo a resaltar de la actividad dronera, tanto a nivel local como internacional, es que la misma está sujeta a reglas y a cierta organización. Este punto es importante sobre todo para aquellos que a fuerza de publicidad y noticias de fuera quizás se han hecho la idea de que los drones son juguetes, aun cuando estos aparatos no son baratos.
En Estados Unidos, nuestro eterno ejemplo a seguir, los drones son regulados por la Administración Federal de la Aviación (FAA). Entre otras cosas, esta entidad requiere que cada dron esté debidamente registrado y el usuario contar con una certificación de piloto. Reglas referentes a espacios restringidos, altura máxima permitida y demás están diseñadas para evitar incidentes en el espacio aéreo, sobre todo en lo que respecta al tráfico de aviones y otras aeronaves. Penalidades por incumplimiento incluyen multas y prisión, dependiendo del caso.
En República Dominicana la estructura y logística en lo que respecta a uso de drones, sea para fines recreativos o comerciales, no son muy distintas a las de Estados Unidos. Aquí el ente regulador es el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), que emitió su resolución (008-2015) para fines de regulación en julio de 2015.
Operar un dron en el país requiere de registro en el IDAC y de licencia. El uso comercial de drones implica necesariamente contar con un seguro. Hay, al igual que en todas partes, ciertas áreas restringidas para fines de vuelo. Si tienes preguntas o dudas sobre estos puntos, la Asociación Dominicana de Operadores de Drones (ADOD) está para orientar a usuarios y ofrecer apoyo en estos procesos.
Una vez se cumple con las normas de lugar, los drones ofrecen muchas formas de recreación, así como varios usos comerciales y de naturaleza funcional. El uso de estos aparatos, para poner un ejemplo, va en aumento en la realización de comerciales, películas y coberturas de eventos. Asimismo, hace unos meses empezaron a usarse drones para el suministro de insumos a centros de atención primaria en zonas rurales, iniciativa que llevan a cabo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), Parque Cibernético de Santo Domingo, Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) y Matternet.
En el aspecto recreativo, que es la principal motivación de este escrito, los drones son el complemento perfecto para recorrer y conocer el país. Desde el aire las tomas y la perspectiva cambian, ofreciendo en ocasiones una visual de patrones geométricos (sobre todo en la ciudad y sus estructuras, trazos y arquitectura) que es difícil imaginar desde el suelo.
Existen en el país varias asociaciones y comunidades de drones conformadas por entusiastas que comparten una misma pasión. Usualmente, como ocurre con el Club de Drones del Norte, se arman actividades para toma de foto y video, pero hay otras, como es el caso de Red Flag Drones Racing, que tienen una naturaleza más deportiva al realizar carreras con estos aparatos.
Las carreras de drones implican el uso de cascos que ofrecen al piloto una visual de primera persona para un efecto inmersivo. Red Flag Drones fue el primer grupo conformado para los fines en el país. Hay campeonatos tanto a nivel local como internacional.
Si se animan a comprar un dron, ya saben lo que tienen que hacer y a donde dirigirse para fines de orientación. Asimismo, ya tienen una idea de lo que se puede hacer con estos aparatos y de las comunidades disponibles para los fines.
