Devolver compras, sobre todo cuando se hacen online, es fácil, tanto que se halla en niveles récord en mercados como Estados Unidos. Ahora bien, ¿cuál es el costo de esta práctica?
Desde el punto de vista del consumidor, en ocasiones el costo de devolver un artículo es cero. Es más, hay ocasiones en que este sale ganando: algunas tiendas optan por devolver el dinero, sin obligar a hacer el retorno del artículo.
Hasta aquí, nada mal la narrativa, pero… hay costos ocultos que a veces ni soñamos.
El CEO de Optoro, una plataforma para gestión y reventa de artículos devueltos, revela que todas esas devoluciones generan 6 mil millones de libras de desperdicios al año que llegan a los vertederos, produciendo 16 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono.
Es como para pensarlo dos veces, ¿verdad? El impacto de las devoluciones no es solo a nivel medioambiental: hay efectos igualmente en los estados de resultados de los vendedores afectados, efectos que por lo general terminan incrementado los precios de los artículos.
¿Por qué se afecta el estado de resultados del vendedor? La mayoría de los artículos devueltos no retornan al inventario para ser vendidos nuevamente y, aun si retornaran, hay costos a tomar en cuenta: transporte, logística y empaque, entre otros.
Muchas veces la opción más barata es desechar el artículo devuelto, y de ahí sale la problemática medioambiental descrita más arriba.
Hay vendedores que optan por destruir lo que reciben de vuelta, y eso también conlleva costos.
Esta práctica, considerada odiosa por no aprovecharse esa mercancía de otra manera, ha generado serias críticas a Amazon, propiciando cambios que la llevan a una política de cero desperdicios.
En resumen, devolver artículos no es tan sencillo como decidir que ya no se quiere algo y pedir el dinero de vuelta. Este artículo debería motivarnos a pensarlo dos veces a la hora de comprar cualquier cosa, sobre todo online.
