Uno de los grandes ganadores en toda esta fiebre de la inteligencia artificial es Nvidia, compañía conocida hasta hace poco por su enfoque en videojuegos.
De tanto hablar de las innovaciones de OpenAI, el éxito sin precedentes de ChatGPT, la integración de capacidades de inteligencia artificial generativa en smartphones, los fracasos de Google y los avances hacia inteligencia artificial general, es fácil perder de vista que todo esto viene impulsado por microprocesadores.
La especialización de Nvidia es, justamente, unidades de procesamiento de gráficos (GPUs), componente clave para una experiencia adecuada en áreas de videojuegos y otras que requieren de procesamiento intensivo de gráficos.
La inteligencia artificial, sobre todo la generativa, se enmarca en este grupo. Nvidia supo reconocer la tendencia muy a tiempo, con resultados extraordinarios a nivel de ingresos y de valor de mercado.
La serie Hopper de GPU, impulsada por los superchips Grace Hopper y donde se incluyen los modelos H100 y H200, se consideraba hasta hace unos días la más poderosa y buscada entre quienes desarrollan modelos de inteligencia artificial.
La propia Nvidia, sin embargo, se ha superado a sí misma con el anuncio de la nueva serie Blackwell, presentación que vino con un señalamiento a tomar en cuenta: el desarrollo de inteligencia artificial requiere de GPU más grandes.
En efecto, visualmente hablando, un GPU B200 de la plataforma Blackwell es considerablemente más grande que el H100 de la línea Hopper.
Integrando 208 mil millones de transistores, B200 posibilita la construcción y ejecución de modelos amplios de lenguaje (LLM) con billones de parámetros, haciendo la operación más eficiente a nivel desempeño y consumo de energía.
Estos GPU Blackwell no serán nada baratos, estimándose su precio entre 30,000 y 40,000 dólares la unidad, pero ello no impedirá que la industria les saque provecho, aun si se produce la escasez que ha plagado a los H100 y H200.
Es indiscutible que Nvidia es el líder actual en GPU y chips para inteligencia artificial reflejándose su estatus en el hecho de que sobrepasó en febrero de este año los 2 mil millones de dólares en valuación de mercado.
Por aquello de que los monopolios son malos -o quizás porque otros quieren participar también- un grupo de compañías se ha unido para ofrecer una alternativa de fuente abierta a nivel de software y recursos.
La coalición, llamada The Unified Acceleration Foundation (UXL- Fundación de Aceleración Unificada), agrupa a compañías como Intel, Google, Samsung, Arm y Qualcomm.
El objetivo es ofrecer opciones para que desarrolladores de inteligencia artificial no se vean atrapados en tecnología propiedad de Nvidia, aunque eventualmente planean ofrecer soporte a esta.
¿Envidia o ganas reales de ayudar? El tiempo dirá.
