Viajar en 2025 se ha vuelto una pesadilla colectiva: aeropuertos congestionados, sistemas que fallan, personal insuficiente e incidentes que ponen en entredicho la seguridad del transporte aérero.
¿Qué está pasando? Una combinación de factores que van desde descuidos y falta de mantenimiento hasta personal poco motivado a trabajar -todo después de la pandemia- se unen a estándares de calidad que parecen ir en declive y a un ambiente internacional sumamente cargado para dar lugar al panorama que se ha estado viendo en la recta final del mes de septiembre.
Pensar que el apagón de nueve horas en el AILA es un hecho aislado que obedece únicamente a la chabacanería que suele caracterizar a los dominicanos es ser miope ante un panorama mucho más complejo y de alcance prácticamente global.
Veamos: en el mismo fin de semana que ocurre el incidente en el AILA, tres aeropuertos en Europa enfrentaron dificultades luego de que el proveedor desus sistemas de chequeo y abordaje de pasajeros cayera víctima de un ransomware. Estos aeropuertos son los de Heathrow (Londres), Berlín y Bruselas. El proveedor, Collins Aerospace, sigue lidiando con los intrusos, que han probado ser duros de eliminar y tener posibles vínculos con organizaciones criminales rusas.
El propio incidente deL AILA oucrrió en circunstancias nada normales, pues un día antes de que esto ocurriera el Ministerio de Defensa alega haber bloqueado un intento masivo de ataque DDoS a portales institucionales. Días antes, un ciudadan ruso vinculado a una red de desinformación políticia que opera desde 2014 y que estuvo vinculada al lío electoral de 2016 en Estados Unidos, fue apresado en Bávaro.
Saliendo del ámbito local y yéndonos a Europa otra vez, la semana en curso ha estado plagada de incidentes extraños. El aeropuerto de Copenhague, por ejemplo, tuvo una fuerte disrupción tras ser atacado por un ejambre de drones que se presumen rusos. 100 vuelos afectados y 20,000 pasajeros varados fue la consecuencia de lo que es visto por las autoridades danesas como provocación e intento de sabotaje.
Dicho sea de paso, los drones rusos han estado muy traviesos a lo largo de septiembre, protagonizando incidentes que violaron el espacio aéreo en Polonia, Letonia, Rumanía y Estonia. En ocasiones, la violación ocurrió en más de una ocasión, por tanto se observa la posibilidad de que Rusia esté buscando provocar y desestabilizar a sus vecinos.
También a Rusia se atribuye un fallo de GPS que afectó al avión militar en que viajaba la ministra de Defensa de España, Margarita Robles, mientras sobrevolaba Rusia de camino a Lituania. Vaya coincidencia que defensa, preservación de la paz y Rusia fueron temas tratados por la ministra durante su visita.
Volviendo al continente americano, United Airlines se vio obligado en esta semana a suspender por 36 minutos la salida de todos sus vuelos desde Estados Unidos y Canadá, siendo la razón un fallo técnico de conectividad y marcando esta la segunda ocasión que se ve obligada a tomar este curso de acción en un mes.
Para finalizar con este conteo rápido de incidentes que parecen convertir a aeropuertos y espacio aéreo en blanco de ataques y en posible campo de batalla geopolítica, el aeropuerto internacional de Costa Rica también sufrió un fallo esta semana, afectando radares y obligando al cierre temporal.
Más que pensar que se trata de una coincidencia, urge mirar el panorama completo y analizar qué está pasando. Por el lado del pasajero, que es quien mayormente paga los platos rotos en estas situaciones, tan solo queda armarse de paciencia y tomar algunas previsiones básicas en caso de que sea inevitable tomar un avión.







