¿Qué es un kilo? La pregunta, por simple que parezca, es una que tiene el potencial de dejar a más de uno pensando, e incluso ofrecer interpretaciones distintas al respecto.
Estrictamente hablando, un kilo o kilogramo es una unidad de masa del Sistema Internacional de Unidades (SIU) que, hasta el momento de este escrito, está representada por un cilindro herméticamente resguardado en una bóveda en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas en París, Francia.
Cualquiera que haya estudiado física elemental y que tenga al menos conocimiento básico de las unidades de medida, se habrá topado con la mítica Oficina mencionada aquí en algún momento, y aunque pueda parecer exagerado, esa representación física del kilo no solo es extremadamente cuidada, sino que cuenta con seis réplicas hermanas igualmente resguardadas y otras copias que se usan para comparaciones activas y como prototipos nacionales de la medida.
Desde su establecimiento como prototipo internacional del kilogramo en 1889, ese kilo que reside en París y sus seis réplicas -todas compuestas por una aleación de platino e iridio- han variado su masa en alrededor de 50 microgramos, y si bien esa variación podría considerarse insignificante, en nombre de la ciencia y la exactitud que se espera de un sistema de medidas, ésta representa un problema.
El hecho de que el kilo ha ganado algo de peso ha llevado a una histórica votación en Versalles para redefinir lo que es kilogramo en base a una fórmula científica que a su vez está basada en la constante de Planck. La decisión, en la que participaron 60 países, fue unánime y fue motivo de gran júbilo porque se trata de un paso hacia la estandarización, una condición que en cuestiones de medidas y mediciones debe ser una constante.
El kilo original, conocido usualmente como Le Grand K, se retira, pero ello no significa que será olvidado: muchos de los participantes en la votación quieren seguir estudiando este prototipo y sus seis copias hermanas para ver si el peso de mantiene o varía a través del tiempo.
Celebrations and standing ovation as the vote is accepted #siredefinition. This has been a measurement revolution! #CGPM pic.twitter.com/flzPGtSQAB
— BIPM (@BipmMedia) November 16, 2018
El nuevo kilo basado en la constante de Planck es un “kilo eléctrico” y, comparado a Le Grand K, ofrece la ventaja de que no atrae partículas de polvo, no decaerá su masa con el paso del tiempo ni corre riesgo de romperse y caerse.
Otra ventaja que ofrece el “kilo eléctrico” es que los países ya no tendrán que mandar sus propios kilogramos a la oficina en París para fines de comparación y ratificación.
Además del kilo, se ha votado por renovar las definiciones de kelvin para temperatura, amperio para corriente eléctrica y mol para cantidad de sustancia.
Le Grand K representa la masa de un litro de agua pura en su punto de congelación. Un kilo es aproximadamente equivalente a 2.2 libras para fines de referencia. El cambio hacia “kilo eléctrico” será efectivo a partir del 20 de mayo de 2019.