X. La antepenúltima letra del alfabeto. La marca que usamos para rechazar algo, aunque a veces la usamos en exámenes y formularios de selección múltiple. También con X se denomina a la generación que siguió a los baby boomers y la que precede, por ende, a los millennials.
Dependiendo de cómo se mire, X puede tener una connotación negativa, neutra o hasta misteriosa (Google X, por ejemplo, donde todo era un secreto), pero nunca -o casi nunca- positiva. Sin embargo, X es la nueva identidad de Twitter, tanto a nivel de nombre como de logo, y próximamente a nivel de su URL.
Sí, señores. twitter.com pasará a ser x.com y, como de costumbre, nadie sabe lo que esto encierra, lo que significa ni mucho menos lo que se persigue en el largo plazo.
Lo que sí se sabe es que X es un viejo antojo de Elon Musk y acaba de hacerlo realidad tras 9 meses de patadas voladoras en Twitter y una inversión de alrededor de 44 mil millones de dólares que todavía a muchos no hace sentido.
¿Por qué comprar Twitter y posteriormente desaparecerlo si el señor Musk tiene los recursos y la fuerza requeridas para montar su propia compañía X desde cero?
La respuesta nunca la sabremos, pero una cosa es segura: la salida de Twitter para dar paso a X cambia el entorno de redes sociales para siempre y, de entrada, se observa cierta resistencia a este cambio tan insondable como chocante.
En lo que hasta ayer se llamó Twitter, muchos usuarios no han escondido su desencanto, extensivo a otras redes y a la Internet en términos generales. De paso, la figura de Musk, de por sí debilitada tras tantas demostraciones antojadizas e infantiles, tan solo sigue perdiendo estatus, aún si algunos siguen con sus alabanzas y lisonjas.
— Elon Musk (@elonmusk) July 23, 2023
Está claro que Musk tiene una obsesión -o peor, una fijación- con la letra X. Ahí están SpaceX y Starlink de ejemplo, ambas compartiendo el mismo logo de una X. Más recientemente, Musk sacó al aire xAI, su proyecto de inteligencia artificial “de la buena”, y ahora rematamos con X, antes conocida como Twitter. Es más, no podemos olvidar que su hijo nacido en 2020 se llama X Æ A-12. ¿Cómo se pronuncia? Nadie sabe, y quizás a nadie le interesa.
Twitter, a pesar de todo, era una marca sólida, con una presencia sostenida y con un nivel de funcionalidad que, hasta ahora, ninguna otra red social ofrece. Si antes se hablaba de tuitear, ¿hablaremos ahora de exear? Eso suena feo y ridículo a la vez.
Hay pocos detalles sobre lo que será X en el mediano o largo plazo, pero se comenta que hay planes de ofrecer pagos a creadores de contenidos, sin estos estar sujetos a reglas absurdas por el lado se seguidores o engagement que muchas otras redes exigen cumplir como condición para monetizar.
La gran pregunta es, ¿queremos que nuestro contenido “brille” en una plataforma que se ha convertido en una burla? Solo el tiempo dirá cómo fluyen las cosas.
Para finalizar, un último detalle: ya existe una compañía llamada X, y esta no es más que lo que antes conocíamos como Google X. ¿Habrá un conflicto con Musk? Se atreve éste a decir que le cogieron la idea.