Cualquiera que viva conectado todo el día a un teléfono, resolviendo su vida y trabajo con un par de clics, está consciente de que vivimos en un mundo donde la privacidad es un lujo prácticamente inexistente.
Ya sea para vendernos servicios que no necesitamos del todo, para inducirnos a una espiral consumista sin fin o para lograr que las redes sociales tengan el mismo efecto de seguidilla de una funda de papitas, nuestra data hace rato que es pública y compartida abiertamente con una serie de jugadores claves en marketing, investigación y desarrollo, y demás.
Sí. La privacidad la perdimos hace tiempo, pero hay varios niveles a los que podemos perderla, y es aquí donde entra Pegasus, un software al que se le atribuye, entre otras cosas, el haber facilitado la filtración del escándalo extramarital que puso fin al matrimonio de Jeff Bezos. Igualmente se asocia con el caso del periodista saudí Jamal Khashoggi, asesinado y descuartizado en el consulado saudita de Estambul (Turquía) en octubre de 2018.
Lo de Pegasus es como un punto de no retorno en lo que respecta a privacidad. Hablamos de un software que revisa tus llamadas, tus conversaciones, tus contactos, tu historial de búsquedas… todo. Por si fuera poco, y a su antojo, activa la cámara y el micrófono para grabarte subrepticiamente.
Pegasus hace todo eso, y quizás hasta más, y lo peor del caso es que este spyware se instala sin requerir acción de parte de la víctima porque aprovecha vulnerabilidades desconocidas (zero day exploits) en iOS y Android para hacer su movida.
Posiblemente, Pegasus sea la herramienta de espionaje más poderosa en existencia, y la debemos a la israelita NSO Group, que en todo momento se ha mostrado inocente y ajena ante la estela de caos desatada por este “software”, el cual, más bien, califica malware dado su modus operandi.
Pegasus lleva algún tiempo sonando, y en estos días ha vuelto a retomar presencia a raíz de una filtración de la que han dado cuenta el periódico británico The Guardian y otros medios y organizaciones que forman parte de Pegasus Project, iniciativa de investigación en torno a esta herramienta.
La conclusión preliminar de esta filtración es una que no sorprende del todo: se ha usado Pegasus para dar seguimiento a políticos, activistas y periodistas a nivel mundial, sin aparentes consecuencias para los gobiernos u organismos que incurren en la práctica. NSO Group, muchas veces mencionado en casos de alto perfil, tampoco ha sido sancionado o llamado a capítulo por vender este tipo de tecnología al mejor postor.
Pegasus es tan solo una muestra de por qué los israelitas tienen su fama bien ganada en cuestiones de inteligencia. Este software es impresionante desde el punto de vista de cómo opera y de lo que es capaz de hacer, y mientras algunos se maravillan con la herramienta, vale plantear que sus implicaciones no se limitan a figuras de interés: eventualmente todos podemos caer víctimas de esta trampa, y por eso los medios alertan hoy que Pegasus es una amenaza a la democracia.