Si hay un personaje que personifica la excentricidad en el mundo tecnológico, ese es Elon Musk.
Intrépido y soñador en sus negocios, impulsivo en su actuar y disruptivo a más no poder en las redes sociales y fuera de ellas, siempre da la impresión de que Musk para todo tiene una respuesta, auin si no se la hayan pedido, y el más reciente ejemplo de esto parece ser Twitter.
Desde el 4 de abril, la noticia que nadie ha parado de comentar es que Musk se ha convertido en el accionista mayoritario de Twitter tras invertir 3 mil millones de dólares en sus acciones, equivalentes a una participación de 9.2 por ciento.
Su nuevo estatus le ha ganado un puesto en la Junta Directiva de Twitter hasta 2024, y no son pocos los que se preguntan qué pasará en lo adelante.
Tratándose de una figura tan disruptiva y polarizante, que llegó ahí tras una conversación con sus seguidores en Twitter sobre lo que él considera falta de libertad de expresión en la plataforna, muchos son los que cuestionan si la movida resultará favorecedora para Twitter.
Desafortunadamente, esta es una pregunta que no se puede responder ahora mismo, sino que hay que darle tiempo a las cosas a ver como se desenvuelven.
Free speech is essential to a functioning democracy.
Do you believe Twitter rigorously adheres to this principle?
— Elon Musk (@elonmusk) March 25, 2022
De momento, una cosa resulta cierta: Twitter está pasando por un pésimo momento en lo que respecta a libertad de expresión. Se vive un ambiente enrarecido en la plataforma, donde las conversaciones tienden a irse por el lado woke y progre, con evidente tiradera a quienes no se enmarcan en esas tendencias.
Las censuras parecen estar a la orden del día en Twitter, pero las mismas resultan caprichosas y antojadizas en el sentido de que no afectan a todos los usuarios por igual. Parece haber ciertas preferencias que, obviamente, no resultan del agrado de quienes aún creen en el valor de esta herramienta.
La llegada de Musk podría significar un balance en el tono de la conversación que se viene dando en Twitter desde hace un tiempo. Quienes pensaron que la salida de Jack Dorsey, quien con el tiempo que fue poniendo cada vez más woke, traería ese equilibrio, se equivocaron, pues el actual CEO es aún más woke que su antecesor.
Podría ser también que Musk, si llegara a tener influencia en la toma de decisiones, busque la forma de aumentar la relevancia y visibilidad de Twitter, pues la realidad es que la plataforma se ha quedado atrás en términos de cantidad de usuarios y de posibilidad. Si algo caracteriza a Musk, es que sabe como aprovechar todo para generar ganancias.
Del otro lado de la balanza, quedan las cualidades excéntricas que adornan a Musk, incluyendo el uso un tanto irresponsable que ha dado a las redes sociales -Twitter en particular- a lo largo de sus años como usuario.
El que no se arriesga ni gana ni pierde. Ese parece el mantra de Musk, y visto así, los próximos dos años podrían resultar interesantes para Twitter. Ya veremos.