A Facebook y Google se les está acabando el jueguito de presentar contenidos noticiosos en sus plataformas a cambio de nada, atento a que generan tráfico y otras bondades que le han permitido amasar una fortuna mientras los medios sufren una continua crisis financiera que está llegando a niveles críticos.
La voz cantante en esta batalla la lleva Australia, que a finales de febrero, tras verse forzada a hacer cambios luego de que Facebook pataleara de a duro, ya tiene una legislación en vigencia.
Australia, aun con los cambios forzados, es el ejemplo a seguir para la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá, país que ya está trabajando en su propia legislación, con miras a ponerla en vigencia dentro de los próximos meses.
Hay indecisión en Canadá respecto a si seguir el modelo australiano al pie de la letra, donde se obliga al pago, sujeto a arbitraje en caso de no llegarse a nada, o, más bien, optar por el modelo francés, donde se requiere iniciar negociación entre las partes para obtener compensación. Lo que sí es seguro es que las autoridades canadienses harán lo posible por salvar a la prensa escrita de ese país, donde el prospecto es que se perderían 700 empleos de un total de 3,100 si no se toma algún tipo de acción.
En caso de optarse por el modelo australiano, Canadá advierte que no cederá ante la presión de Facebook. Asimismo, académicos de ese país advierten la posibilidad de una coalición internacional que buscará obligar a estas plataformas a hacer una repartición más equitativa de los beneficios generados a partir de esos contenidos de terceros que ponen a disposición del público sin compensación alguna a sus creadores.
