A propósito de las compras online menores a 200 dólares y la norma propuesta por la Dirección General de Aduanas (DGA) -dada a conocer a consumidores por la Asociación Dominicana de Empresas Courier (ASODEC)-, las quejas y críticas no se hicieron esperar.
¿Nos precipitamos al alarmarnos? Quizás. La página de sátira KeDifícil hace dos días llamó a la calma sobre este tema y ofrece un análisis que vale la pena leer, basado en el borrador donde se detalla la norma con los considerandos y definiciones de lugar,
Un detalle importante en esta norma propuesta, la cual ya fue aceptada por ASODEC tras una reunión con la DGA en la que se explicó el propósito de la misma, es el uso de la palabra “fraccionamiento” para aplicar el límite de 2,000 dólares o 20 envíos al año.
Según el borrador, “fraccionamiento” se refiere a casos donde se compran mercancías idénticas o similares en varias partidas menores de 200 dólares, usando diferentes proveedores y couriers, pero siempre dirigidas al mismo destinatario final. Esto es algo que dista mucho del uso normal que haría cualquier persona que compre cosas para su uso personal, sea online o no.
Visto así, la norma propuesta no es tan mala como inicialmente se había presentado, lo que hace que cualquiera se pregunte: ¿por qué reaccionamos como lo hicimos? Varios antecedentes explicarían esto, pues lo cierto es que desde 2010 las compras online menores de 200 dólares -exentas de impuestos en virtud del DR-CAFT, están bajo presión de empresarios locales y autoridades que ven en la actividad una forma de competencia desleal. Sin embargo, el verdadero problema es la forma en que se comunicó la propuesta en principio. Veamos:
- El público comprador se entera de la norma propuesta a través de un comunicado de ASODEC que se enfoca en una parte específica de la misma y pide a la vez a sus clientes mandar opiniones y consideraciones a dos direcciones de correo electrónico incluidos en el texto. ¿Es correcto esto? Se asume que ASODEC cuenta con el permiso de la DGA para proceder a compartir propuestas, pero fuera mucho mejor si la información saliera de la fuente original, con la debida explicación correspondiente.
- Cierto es que mucha gente recibió un mensaje de su courier de preferencia que incluía un vínculo al borrador. Hay dos problemas aquí. En primer lugar, a la gente no le gusta leer y tiende a quedarse con la primera versión. En segundo lugar, aún cuando se tome el tiempo de leer el borrador completo, hay algunos términos o expresiones que posiblemente no queden del todo claros. Hay una razón por la que hay profesionales especializados en este tipo de materia.
- Aquellos que leyeron el borrador y que se vieron expuestos a la reacción inicial probablemente ya estaban sesgados, sobre todo partiendo de las ocasiones anteriores en que se ha tratado de aplicar impuestos a las famosas compras online menores de 200 dólares.
- Por último, la cuestión del fraccionamiento. Queda claro que hacer un pedido de cosméticos y otro de ropa en un mismo mes no califica de “fraccionamiento”. Pero, ¿y si al mes siguiente la persona vuelve a pedir uno de esos mismos cosméticos porque se le rompió, se le dañó o se le perdió? ¿Qué pasaría en el caso de compras que se hacen cada cierto tiempo con la finalidad de reponer un artículo de uso constante?
El punto del fraccionamiento es posible que no haya quedado del todo claro a quienes leyeron el borrador, y por ese motivo es que se hace importante comunicar las cosas de una manera completa, oportuna y correcta. Tal parece que ASODEC inicialmente no entendió el punto de la norma, o bien, como ha hecho en ocasiones anteriores, vio una oportunidad para advertir lo que consideraba una nueva amenaza por el lado de las compras menores de 200 dólares.
Cuando finalmente esta norma entre en vigencia el deseo es que se explique con la claridad debida para evitar reacciones prematuras e injustificadas. La buena comunicación es vital para ello.
