El planeta se está calentando, y en la medida en que se hace evidente que la realidad es tan irrefutable como dolorosa, aumenta la presión por adoptar estilos de vida menos dañinos.
Uno de esos, y donde más podemos contribuir a nivel individual, consiste en cambiar vehículos de motor de combustión interna, que dependen de combustibles fósiles para su funcionamiento, por versiones eléctricas que, en teoría, serían menos contaminantes.
Vista la cantidad de fabricantes automotrices que se han unido a la movida eléctrica, donde ya no solo dominan nombres de nueva entrada como Tesla o Rivian, podría decirse que estamos viviendo una verdadera revolución eléctrica a nivel de transporte y movilidad personal, extensiva a transporte colectivo y utilitario (entrega de paquetes, por ejemplo).
Mercedes Benz, Chevrolet, Toyota, GM, BMW, Nissan, Volkswagen. Todos ellos, considerados fabricantes tradicionales, están metidos de lleno en el tema eléctrico, indicio de que se va en la dirección correcta.
Pese al boom que viven los carros eléctricos, desde el sedán hasta las camionetas, las estadísticas indican que el verdadero dominio en vehículos eléctricos -comúnmente conocidos como EVs- lo tienen las bicicletas de este tipo.
En primera instancia, es posible que el dato no haga mucho sentido, pero cuando lo vemos en el contexto urbano, de repente no luce una idea tan imposible.
Según NPD Group, la pandemia impulsó la venta de bicicletas eléctricas en 145 por ciento de 2019 a 2020. Solo en Estados Unidos, por ejemplo, se estima que se compraron alrededor de 500,000 de estas bicicletas en 2020. En contraste, solo 231 mil carros eléctricos fueron vendidos.
Por su parte, Deloitte proyecta que las ventas de bicicletas eléctricas rondarán los 130 millones de unidades a nivel mundial entre 2020 y 2023.
¿Cuál es el atractivo? En una ciudad como Nueva York, donde no hay parqueo y donde muchas diligencias se hacen en un radio de distancia cercano, una bicicleta es mucho más manejable que un carro. Si es eléctrica, mucho mejor, por un tema de rapidez y eficiencia.
Tres factores explican el dominio actual de las bicicletas eléctricas. El primero de ellos tiene que ver con avances y mejoras en baterías de ion de litio, que previamente no se usaban en estos medios de transporte.
El segundo, es una cuestión de tendencias: por cuestiones de salud y medioambiente, ha resurgido el interés por el ciclismo urbano a nivel mundial. Un tercer factor tiene que ver con programas que facilitan alquilar estas bicicletas, muchos de ellos con apoyo de alcaldías y otras autoridades.
Por supuesto, esta cuestión de las bicicletas eléctricas es relativa. Hay ciudades donde no es un medio de transporte factible, aun sean tradicionales. Santo Domingo, la capital dominicana, es un ejemplo de esto. Hay un esfuerzo por poner de moda el uso de bicicletas, pero entre el clima, la infraestructura inadecuada, la falta de educación y una topografía nada amigable, la resistencia ha sido palpable.
De todas formas, es curioso el dato de que las bicicletas eléctricas dominan, en términos globales, la tendencia eléctrica en transporte.