¿Es un chat la mejor manera de comunicar planes confidenciales e informaciones sensibles? Por supuesto que no, pero en la Casa Blanca de Trump, esta parece ser la norma.
Desde ayer hay tremendo escándalo que involucra al Consejo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos, la aplicación de mensajería Signal y un periodista de The Atlantic.
Según lo reportado, el periodista, Jeffrey Goldberg, editor en jefe de The Atlantic, fue agregado al grupo, y por esa vía se enteró en detalle de los planes de ataque contra de rebeldes hutíes en Yemen antes de que estos se llevaran a cabo.
La revelación de Goldberg ha causado un revuelo que ha sido aprovechado por los demócratas para dirigir ataques en contra de la administración Trump, la cual ha respondido restando importancia al incidente y desacreditando al periodista.
Según el presidente Trump, el incidente Signal representa una oportunidad de aprendizaje para el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, al tiempo de señalar a uno de los ayudantes de Waltz como el responsable de agregar a Goldberg en el grupo.
¿Se trata realmente de un incidente menor? La opinión está dividida en torno del tema, con los demócratas criticando a los republicanos y a la administración Trump por insistir en negar que se haya compartido información confidencial a través de Signal.
A todo esto, inicialmente, se quiso echar la culpa a Signal, un servicio de mensajería reconocido por sus robustos estándares de seguridad y privacidad que incluyen, entre otras cosas, codificación de principio a fin por defecto.
Si bien Signal se considera más segura que otras alternativas de mensajería, no es imposible de hackear, lo que significa que no es, quizás, el mejor medio para tratar temas confidenciales de alto nivel.
Los de Signal han defendido su producto dentro de la tormenta generada, sobre todo porque se habla de que hubo una infiltración al chat que dio lugar a la situación de hoy.
Siendo objetivos, no podemos hablar de infiltración si una persona es agregada a un chat, que, según Goldberg, fue lo que ocurrió. Infiltración sería que el periodista hubiera buscado la manera de colarse en el chat, pero no hay indicios de que haya sido así.
En lo que se resuelve el caso, y aun cuando la Casa Blanca insiste en minimizar las cosas, se está pidiendo la renuncia del asesor Waltz y del secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien fue uno de los que atacó la credibilidad de Goldberg.
No solo planes de ataque contra esos grupos rebeldes en Yemen se compartieron por ahí, sino que se discutió la carga que representa Europa para Estados Unidos con cada “rescate” que hace a través de acciones como ese bombardeo que se planeaba contra Yemen en el chat.
Moraleja: un chat JAMÁS debe ser un medio de comunicación confidencial.