GDPR, las siglas en inglés de la Regulación General de Protección de Datos, es un conjunto de normas que entró hoy en vigencia por mandato de la Unión Europea, que desde 2012 viene discutiendo la necesidad de proteger la data de usuarios de uso y abuso por parte de compañías.
La relevancia de este tipo de regulación queda en evidencia cuando echamos la mirada unas semanas atrás y recordamos el escándalo Cambridge Analytics, el cual puso a Facebook en serios aprietos que aún persisten.
A nadie le gusta sentirse usado , pero en el mundo online y digital justamente ha estado dándose esta situación por vía de empresas que hacen un uso indebido de información provista voluntariamente por usuarios ingenuos que luego se ven bombardeados por incesante publicidad personalizada.
Lo de la publicidad es solo el principio, pues también toda esa data de ha usado para moldear y manipular opinión pública en temas sensibles. Para evitar estas situaciones GDPR exige mayor transparencia y sencillez a la hora de comunicar políticas de uso y privacidad, así como consentimiento explícito a la hora de ejecutar cualquier acción que implique recolección, almacenamiento o uso de la data generada por usuarios.
GDPR es un tema complejo, y la realidad es que muchas empresas no están listas para su correcta aplicación. Ya hoy, en su primer día de vigencia, se ha acusado a Facebook y Google de violaciones, con el prospecto de multas que colectivamente ascenderían a 8.8 mil millones de dólares. Muy fuerte el caso.
