Desde Japón, donde el enfoque tecnológico en ocasiones puede lucir extremo para esta parte del mundo, llega la noticia de Hana-chan, un gracioso perro robot de 15 centímetros diseñado exclusivamente para detectar el nivel de olor en los pies y así evitar al usuario una potencial vergüenza al retirarse los zapatos.
Creado por la startup Next Technology para complacer la peculiar petición de un cliente preocupado, Hana-chan integra un sensor de olores en la nariz que complementa con un dispensador de desodorante ambiental para casos tan extremos en los que su reacción es simplemente colapsar.
En caso de olores leves a moderados, la reacción de Hana-chan va desde acurrucarse a su dueño (buena señal) hasta un insistente movimiento del rabo que servirá de alerta para tomar medidas al respecto. El nombre del robot, como era de esperarse, es un juego de palabras que incluye el vocablo “nariz”.
En Japón es costumbre retirarse los zapatos al entrar a cualquier hogar -así como en algunos restaurantes-, de manera tal que más que un capricho es una necesidad evaluar la situación con los pies y buscar algún correctivo para evitar ofender o molestar a huéspedes y anfitriones por igual. No solo eso: hay una creciente lucha por erradicar los malos olores corporales a nivel corporativo, al punto de que se ofrecen seminarios para educar sobre el fenómeno y hacer entender que esos olores a otros pueden resultar desagradables y ofensivos.
Es tal el grado de obsesión con el tema de los olores corporales en Japón que recientemente Konica Minolta desarrolló KunKun (literalmente “olfatea, olfatea”), un dispositivo con aspecto de transistor de radio que evalúa los olores en diferentes partes del cuerpo, entre ellas las axilas y los pies.
Aunque inicialmente estos inventos japoneses podrían provocar risa, hay una realidad a tomar en cuenta: a veces emanamos olores y no lo notamos, en parte porque nuestra nariz se acostumbra a nuestros olores. Ya que es socialmente incómodo señalar eso a compañeros de trabajo, amigos y familiares, no nos queda de otra que aguantar esos aromas hasta que eventualmente nuestro organismo se encarga de obviarlos, aún sea momentáneamente.
Los de KunKun consideran que con el tiempo el dispositivo puede evolucionar hasta detectar situaciones de salud por vía de los olores, una idea que durante varios años se ha discutido. Pese a que gente olorosa la hay en todas partes del mundo, este dispositivo solo se venderá en Japón, a un precio aproximado de 265 dólares. Hana-chan, por su parte, estará a la venta a partir de 2,018 por 100,000 yenes (alrededor de 900 dólares).