¿Eres una de tantas personas que ha considerado someterse a una cirugía plástica y que al final desiste por no saber cómo será al resultado final? Hay buenas noticias: cortesía de la impresión 3D ahora es posible tener una idea muy acabada al respecto.
Hace unos años, cuando inicié este proyecto, comenté acerca de Real-F, una compañía japonesa que, entre otras cosas, hace caretas muy realistas a partir de la cara de sus clientes en base a avanzadas técnicas de impresión 3D. En su momento no quedaba claro el propósito de dichas caretas, y, a decir verdad, el website de ellos aún no ayuda en ese sentido, pero una cirujana basada en Nueva York le ha buscado un uso práctico al concepto.
Carrie Stern, en base a la práctica común de técnicas de modelaje 3D y Photoshop en la industria de la cirugía estética, decidió llevar las cosas a un plano más físico y personal al incorporar impresión 3D a esos bocetos, cuyo objetivo es dar la idea al paciente de cómo lucirán. De ahí, según entrevista concedida por teléfono a Fast Company, surge la idea, materializada actualmente en su compañía, MirrorMe3D.
Tal como indica su nombre, MirrorMe3D presenta a sus clientes una versión mejorada, ya sea en miniatura o en tamaño real, de sus caras, aplicando al modelo 3D a imprimir los cambios est‚ticos que se tienen en mente. El hecho de poder tener en las manos una réplica tridimensional permite hacer una decisión más informada, potenciando de igual forma el grado de satisfacción resultante de un procedimiento que por lo general no es barato y suele ser muy doloroso.
MirrorMe3D empezó trabajando con la cara y actualmente ofrece el servicio para el área del busto por igual. Aunque el objetivo primario es el mercado de la cirugía plástica, aquellos que simplemente deseen una réplica de su cara o alguna parte de su cuerpo pueden solicitar el servicio sin problema alguno. Próximamente incluirán traseros en su oferta. Cada unidad toma alrededor de dos semanas en estar lista y ser entregada, con precios que van de 60 dólares por miniaturas hasta 300 por réplica a tamaño natural. Los precios varían según categoría: cirujanos plásticos, pacientes de cirugía estética e individuos.
Aunque las réplicas de la japonesa Real-F lucen bastante bien, en comparación con MirrorMe3D tienen algunas desventajas, siendo la principal que no hay un propósito de uso claro (a modo de ejemplo ellos mencionan usarlo como elemento de broma en fiestas) y que son excesivamente costosas, oscilando entre 3,300 y 4,620 dólares.