¿Sientes temor ante el indetenible avance de la inteligencia artificial y el camino incierto que transitamos?
No estás solo: gente tan prominente como Elon Musk lleva algún tiempo dando la voz de alarma.
Días atrás, Musk dijo que la inteligencia artificial lo estresa, y aun cuando estas declaraciones podrían verse como una hipocresía o alguna exageración, no dejan de resultar interesantes.
¿Qué está pasando? Es muy fácil de explicar: desde noviembre pasado, la humanidad ha caído rendida ante los encantos de la inteligencia artificial generativa, en especial aquella representada por ChatGPT y sus hazañas.
Si en noviembre ChatGPT resultaba un espectáculo, ahora que se ha actualizado su modelo de lenguaje a GPT-4 ese espectáculo ha adquirido otra dimensión más completa y compleja.
En su nueva versión, ChatGPT es más ágil, más preciso, más potente, más todo, llegando a comprender contextos, escenarios e imágenes. Nítido, ¿no?
Es en este punto donde entra la preocupación, pues se está viendo una tendencia generalizada a dejar de pensar y ceder el control total a estos sistemas, sin detenernos a ver las consecuencias de este escenario en el largo plazo y las implicaciones para nosotros.
Un incidente muy comentado que ilustraría el peligro al que nos exponemos tiene que ver con GPT-4 y la burlada al sistema CAPTCHA, que se usa para verificar, justamente, si somos humanos o no al usar recursos online.
Si bien es cierto que esta burlada ocurrió en un ambiente de prueba llevado a cabo por la propia OpenAI, no deja de sorprender el hecho de que un modelo de lenguaje (GPT-4) se haya hecho pasar por una persona con impedimento visual para lograr que otro resolviera el CAPTCHA. El conejillo de indias que cayó en el gancho fue un empleado independiente contactado a través de TaskRabbit.
Impresionante que un sistema de inteligencia artificial haya mostrado tal nivel de argucia, pero al mismo tiempo debería movernos a preocupación y reflexión.
La inteligencia artificial NO es un juego, y eso explica por qué Musk, Wozniak (cofundador de Apple) y otras figuras prominentes del entorno tecnológico han pedido en una carta abierta el cese de desarrollos más avanzados y potentes que GPT-4 por al menos seis meses.
La carta abierta, emitida por Future of Life Institute, basa el pedido en los potenciales riesgos que encerrarían tales desarrollos para la sociedad en general.
Aun cuando se señala que a Musk no le luce esta postura, pues fue uno de los cofundadores originales de OpenAI -desligándose de esta en 2018-, el hecho de que figuras a este nivel estén dando indicios de seria preocupación dice mucho.
Las cosas adquieren un giro aún más interesante cuando recordamos que el propio CEO de OpenAI, Sam Altman, ha admitido en alguna ocasión tener su búnker listo para cuando la humanidad se vea atacada por la inteligencia artificial o por algún virus superpoderoso salido de algún laboratorio.
El futuro pinta raro, sin duda alguna.