Transformación digital. Tras la llegada de la COVID-19, tal parece que no pasa un día sin que este concepto se mencione, y la razón es sencilla: con la pandemia nos dimos cuenta de la necesidad imperiosa de abrazar esa tendencia a cada nivel posible.
Cuando se habla de “transformación digital”, es fácil pensar en la automatización de procesos y en la habilitación de recursos digitales o en línea, pero la realidad es que las implicaciones y el alcance de este concepto van mucho más allá de estos elementos.
Una de las áreas que menos se asocia con transformación digital es una de las que más podría beneficiarnos a todos en el largo plazo: gestión y control de la electricidad.
Todos usamos electricidad, y este uso es uno de los grandes responsables de la crítica situación medioambiental que vive el planeta Tierra en la actualidad.
A propósito de la realización del Editors Day, ejecutivos de la división Secure Power de Schneider Electric, ofrecieron un dato bastante revelador: más del 80 por ciento de las emisiones globales de dióxido de carbono son por la producción y consumo de energía, mientras que el 60 por ciento de la energía que usamos se desperdicia o usa de manera ineficiente.
En un contexto digitalizado a consecuencia de la pandemia, la eficiencia energética y la aplicación de nuevos conceptos es necesaria para lograr la reducción de emisiones y combatir el cambio climático. Aquí entra en juego el concepto de Electricidad 4.0, donde la digitalización es un elemento importante.
La Electricidad 4.0 funciona a través de soluciones y dispositivos que permiten una eficiencia energética aprovechando desarrollos como la Internet de las Cosas, es decir, la digitalización en todos los procesos. En otras palabras, se trata debuscar la convergencia de lo digital y lo eléctrico a escala con software para impulsar la eficiencia.
De electricidad pasamos a los centros de datos, siendo el énfasis la eficiencia del uso de esa energía que tanto nos beneficia como nos perjudica.
En un mundo modernizado, encaminado a la digitalización y a un futuro sostenible, los centros de datos deben evolucionar hacia versiones híbridas, con sistemas centrales, locales y combinados con la nube, que hagan más ágil la comunicación y satisfagan las necesidades digitales de las industrias.
Se prevé que para 2025 habrá un incremento del 500 por ciento en la generación de datos globales por parte de las empresas, y con ello, un 50 por ciento de aumento en la huella eléctrica de todos los centros de datos para el mismo año.
El momento de actuar es ahora, y desde ya Schneider Electric ofrece una cartea de soluciones que cumplen con cuatro principios básicos: sostenibilidad, eficiencia, adaptabilidad y resistencia.