Hace mucho que los Angry Birds no suenan, quizás porque Rovio, la compañía finlandesa responsable de estos personajes, ha cometido una serie de errores que a nivel financiero y hasta de presencia les han salido caros.
Aun cuando Rovio no está en su mejor momento, con acciones por debajo de los 5 euros y sin haber pegado un juego en muchos meses, sigue en pie la idea de celebrar el décimo aniversario del juego original de los Angry Birds con la segunda parte de la película estrenada en mayo de 2016.
Nuevamente la película recae sobre Sony y se repiten las voces que debutaron en la original: Jason Sudeikis como Red, la figura más emblemática de los Angry Birds, Josh Gad como Chuck (el amarillo), Danny McBride como Bomba y Peter Dinklage como el rey de los cerdos. Novedades incluyen la participación de Leslie Jones, conocida por su rol en el remake femenino de Ghostbusters, en el papel de villana.
Siguiendo la esencia del juego, en Angry Birds 2 estas aves con complejo de proyectil se enfrentarán nuevamente a una manada de cerdos verdes oportunistas e insaciables que en la primera parte pretendieron adueñarse de todos sus huevos. Por ahora los detalles de la segunda parte son escasos, pero es de esperarse que las cosas hayan escalado para un efecto más dramático y cómico a la vez.
La primera película, que recaudó a nivel global 350 millones de dólares, generó reacciones encontradas en su momento. Hubo gente que la encontró divertida, mientras que otros la calificaron de tontería. Una cosa es segura: los niños la disfrutaron por el tema de los colores y la acción, además de que los personajes de Angry Birds son bien conocidos y usualmente son cómicos. Algo valioso es que la película dejaba unos mensajes positivos para la posteridad.
Angry Birds 2 está pautada a estrenarse el 20 de septiembre de 2019, y el deseo es que sea un impulso que le permita a Rovio retomar el camino hacia el éxito. La película se enmarca en planes previamente compartidos por la compañía en el sentido de dedicarse al entretenimiento más allá de los juegos.
Quizás el principal error que ha cometido Rovio a lo largo de los años tenga que ver con una extensión sin piedad de la marca Angry Birds. Lo que empezó como un juego cómico y simple fue creciendo en variedad hasta llegar a saturar. Peor aun, con cada iteración el juego fue perdiendo su esencia hasta llegar a ser irreconocible para quienes lo jugaron en su forma original.
Si bien de Angry Birds como juego ya no se habla tanto, a nivel de animación es otra historia. El canal de YouTube está lleno de episodios de Piggy Tales, Angry Birds Toons, Stella y Blues. Son cortos simples, sin diálogo, que comunican historia de manera bastante eficaz y cómica. Quizás Rovio debería tratar de emular esta fórmula en la venidera película para que la crítica no sea tan fuerte.
Ojalá y Angry Birds 2 sea un éxito, pues sería una pena que estos personajes desaparezcan del todo, aparte de que nunca es bueno cuando una empresa quiebra y sale del negocio.