¿Qué opinión te merecen personajes como Kim Jong-un, Vladimir Putin, Nicolás Maduro, Recep Tayyip Erdogan o Abdel Fattah el-Sisi? Todos ellos tienen en común que están a la cabeza de países altamente represivos o en situación caótica, donde las protestas por temas como libertad de expresión están a la orden del día. Como parte de su modus operandi, la internet en esos países, a pesar de su utilidad como herramienta educativa e informativa, está prácticamente fuera del alcance de ciudadanos que tienen que conformarse con material servido por sus gobiernos. El fenómeno es lo que se conoce como cibercensura y es algo que diferentes organismos denuncian con frecuencia. Ahora a través de The Pussycat Riot puedes unirte a la lucha y dar participación a tus gatos.
The Pussycat Riot es un movimiento organizado por Hide my Ass que toma en consideración el amor que tiene la internet por los gatos para dar un giro ligero y novedoso a un tema que realmente no es nuevo. Los protagonistas de la campaña son cinco de los gatos más conocidos en la web: Nala, Stitch, Jarvis P. Weasley, Henri le chat noir y Princess Monster Truck. El llamado de acción, además de los habituales posters propagandísticos, incluye una serie limitada de mercancías para gatos que aprovechan las caras de los cinco líderes mundiales mencionados más arriba. Asimismo, invita a quienes deseen unirse a publicar fotos de sus gatos con el hashtag #ThePussycatRiot.
La parte más llamativa de esta campaña sin duda son las mercancías. Hay una serie de cajas de arena para los gatos que en su parte interior incluye la foto de los líderes de Corea del Norte, Venezuela, Rusia, Turquía y Egipto. Estas se venden a 3 libras esterlinas (alrededor de 5 dólares). Pero las estrellas son dos palos de rascar con las respectivas caras de Kim Jong-un y Vladimir Putin. Por tratarse se elementos impresos en 3D y pintados a mano, estos no son baratos: 4,500 libras esterlinas cada uno, o alrededor de 7,500 dólares.
¿Qué les parece esta idea? Como palo de rascar para el gato, está bastante caro. Como forma de protesta simbólica y pacífica, está genial.