Nada peor que un timbrazo indiscreto en el momento inoportuno, como cuando estamos atendiendo un recital, en medio de una reunión, en el cine, o, peor, en un funeral o en una misa. El uso indebido de teléfonos celulares en esas circunstancias es algo de antología y que pasa en todas partes, con el agravante de que se trata de mero descuido porque la mayoría de los modelos, incluso los más sencillos, tiene la opción de poner el dispositivo en modo vibración o en silencio, y si todo eso falla, siempre está la opción de apagarlo. Como ninguna de estas opciones parece hacer el trabajo, Nokia propone algo aún más interesante: tatuajes magnéticos.
Ciertamente se trata de una idea futurista, y una que quizás ponga los pelos de punta a mucha gente, sobre todo a los creyentes en teorías del número de la bestia y el fin del mundo porque lo que Nokia ha patentado en Estados Unidos implica que la gente se aplique un tatuaje en la muñeca, ya sea bajo la piel o en la forma de calcomanía temporal, con la intención de que las notificaciones de su teléfono le lleguen por esa vía en la forma de vibraciones que seguirán patrones según el tipo de notificación (llamadas, mensajes, alertas de correo, recordatorio de eventos, alerta de batería baja, entre otras).
¿Y cómo funcionaría esto? En primer lugar, el tatuaje usaría tinta ferromagnética que se somete a altas temperaturas para desmagnetizarla. Una vez curada la piel donde ha sido aplicada, se procede a magnetizar el tatuaje resultante para que este responda al campo electromagnético generado por el teléfono. De esta forma, cuando se reciban llamadas o notificaciones el usuario sentirá las vibraciones correspondientes en su brazo, algo que es descrito en la patente como un ligero escozor. Los detalles de la patente se pueden ver aquí.
