Mantenimiento. Lo que antes se hacía de manera reactiva sobre infraestructuras, equipos y demás se hace hoy de manera preventiva porque sólo así hace sentido. Esta premisa resulta especialmente cierta en el caso de herramientas de tecnología, presentes en prácticamente todas las industrias y con una importancia cada vez mayor a nivel de logística y procesos. Mantenimiento es una de las principales partidas a contemplarse en el presupuesto de cualquier organización. AMD, conocida por sus procesadores y tecnologías afines, comparte algunos consejos a tomar en cuenta:
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El mantenimiento debe generarse de manera preventiva y continua, debido a que el software, las necesidades del usuario y de la compañía cambian constantemente. Atrás quedó la idea de que se daba mantenimiento en respuesta a fallos surgidos.
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El concepto de mantenimiento está estrechamente ligado al concepto de confiabilidad en e sentido de que esa es la probabilidad de que un equipo o sistema opere sin fallas por determinado periodo de tiempo y bajo unas condiciones de uso previamente establecidas. Se considera una falla cualquier interrupción en el proceso tecnológico que genere a su vez ineficiencia e inseguridad en los procesos de una compañía.
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Un objetivo claro de toda empresa debe ser asegurar y mejorar su competitividad por medio de nuevas tecnologías orientadas a garantizar un proceso eficiente y eficaz. El mantenimiento de las herramientas de tecnología se ha convertido en un tema clave para garantizar dicho objetivo y por ello debe considerarse como un costo fijo de operación.
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Al momento de realizar una inversión en hay que tener en consideración el gasto que implicará el mantenimiento de cada una de las herramientas de tecnología, ya que en la mayoría de las ocasiones al concluir el periodo de garantía se pierde el cuidado de cada uno de estos equipos.
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Se recomienda llevar un control de mantenimiento de cada uno de los equipos de la empresa, ya que esto facilita prever inconvenientes en el funcionamiento de las herramientas de trabajo y puede evitar mayores gastos en reparación.
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Es primordial pensar en la garantía que ofrece el producto, sin dejar a un lado el desempeño, eficiencia, ahorro de energía y seguridad, ya que cada uno de estos puntos simboliza un consumo extra de recursos monetarios y administrativos que no se tenían contemplados.
