Llevamos ya dos años hablando de inteligencia artificial, y para este momento es más que obvio que esta tecnología ya no es una mera tendencia, sino que llegó para quedarse y transformar todo a su paso.
Aun dentro del absolutismo en que se ha convertido la hoy famosa IA es posible hablar de tendencias, y a ese efecto hay algunas que merecen ser mencionadas, como es el caso de los apagones que probablemente la industria esté experimentando en la medida que siguen los avances hacia una inteligencia artificial general.
Sí, señores, los apagones no son cosa exclusiva de países como la República Dominicana, sino que representan una posibilidad real que afectará no solo a las compañías detrás de estos desarrollos, sino a viviendas y comercios particulares en las áreas circundantes.
La razón de este prospecto ya la conocemos: el desarrollo de la inteligencia artificial, lo mismo que su uso y ejecución, demandan grandes volúmenes de energía. Muestra de que este tema es más que serio es el hecho de que compañías como Microsoft y Google están echando el ojo a opciones nucleares.
No solo se ven apagones en el futuro de la IA, sino que también podrías verse alrededor del mundo aumentos considerables en las tarifas energéticas. ¿Habrá una salida a esta situación? Quizás la misma IA ofrezca la respuesta, o al menos eso es lo que OpenAI y demás dicen que podemos esperar de esta tecnología.
Dentro de la inteligencia artificial hay otras tendencias que se estarán manifestando con fuerza, y en este punto hay que hablar de la superinteligencia o inteligencia artificial general a la que se está apostando desde un principio, con todas las incógnitas que ello trae.
¿Seremos desplazados por una inteligencia artificial superior? ¿Conviviremos con robots como si estos fueron un ciudadano más? ¿Habrá relaciones entre robots y humanos eventualmente? Preguntas cuyas respuestas no son tan fáciles de inferir, pero lo más seguro es que el panorama se vaya aclarando desde ahora.
Una segunda tendencia de importancia para 2025 es la que viene con el alza imparable que Bitcoin ha estado experimentando desde antes de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre pasado.
Es un hecho que 2025 será un año marcado por el retorno en grande de la criptoindustria en general, no solo de bitcoin u otras criptomonedas populares. Se prevé un crecimiento que estará acompañado de un nivel de aceptación nunca antes visto. Donald Trump y Elon Musk son piezas claves aquí, por tanto, nunca se sabe lo que pueda pasar.
Es muy temprano para proyectar situaciones, por tanto, solo nos resta estar atentos a nuestro entorno y los desarrollos que se vayan suscitando.