Con tantas oportunidades que encierra el ámbito STEM a nivel de crecimiento profesional y remuneración, ¿por qué hay tan baja participación de mujeres?
Recientemente, a propósito del programa educativo ONE y el llamado especial que se hace a mujeres a unirse en su quinta convocatoria, hemos compartido estadísticas y otros datos que exponen la realidad de la participación femenina en tecnología.
En las próximas líneas, Giuliana Corbo, CEO de Nearsure, señala cuatro puntos a tomar en cuenta al abordar esta cuestión:
El desafío de reconocer el sesgo inconsciente
Los sesgos inconscientes son suposiciones o creencias de las cuales estamos siquiera conscientes. Es por eso que es muy posible que, cuando nos pregunten, nos mostremos muy a favor de que los equipos sean diversos, de que las mujeres tomen cada vez más espacios. Sin embargo, cuando miramos la realidad, notamos que cuesta materializar esta voluntad, en especial en nuestra industria. Esto es porque, a la hora de tomar decisiones como a quién contratar o a quien promover, el principal obstáculo no está en lo que nosotros queremos, sino en nuestros sesgos inconscientes.
El sesgo inconsciente es real. En el mundo de la tecnología, reconocer el sesgo de género es el primer paso para abordar el problema. Las empresas deben analizar detenidamente sus propias ideas preconcebidas y diseñar planes para combatirlas. Las mujeres son cuatro veces más propensas que los hombres a considerar el sesgo de género como un obstáculo para la promoción, según un informe reciente de TrustRadius. Una forma de trabajar esto es mediante la incorporación de procesos de feedback integrales que resultan de la devolución de un superior, un par, una autoevaluación y de otra persona del equipo. Esta es una forma concreta de reducir sesgos, involucrando la opinión de diferentes integrantes del equipo.
El impacto de las mujeres en puestos de referencia
La tutoría tiene un gran impacto en el desarrollo profesional tanto de los mentores como de los aprendices. Un poco más de la mitad de los profesionales de negocios dicen que han tenido un mentor, según una encuesta de la Universidad Olivet Nazarene. Pero el 82 por ciento de los hombres encuestados dijo haber tenido un mentor masculino, mientras que solo el 69 por ciento de las mujeres habían tenido una mentora femenina. Este es un punto claro y concreto en donde las empresas y universidades pueden empezar a mejorar: para atraer a más mujeres al campo de la tecnología y llevarlas al nivel ejecutivo, es fundamental tanto brindar oportunidades de patrocinio y tutoría para mujeres en todos los niveles.
En el caso de Nearsure, hemos tenido éxito con los programas de tutoría y por eso creemos que la industria de la tecnología debería comprometerse a brindar oportunidades de crecimiento para personas de todos los géneros a través de este tipo de iniciativas.
Educar a las mujeres sobre carreras en tecnología
Para atraer a más mujeres a puestos de liderazgo tecnológico, primero deben saber que estas oportunidades existen. Eso significa educar temprano sobre las opciones de carrera y aprendizaje disponibles. De esa manera, obtienen tanto el interés como las habilidades para tener éxito en la tecnología desde una edad temprana para sobresalir en carreras STEM.
En Nearsure estamos comprometidos con patrocinar eventos y organizaciones que ayuden a las mujeres a insertarse en el sector. A modo de ejemplo están las conferencias Jump, organizadas por MediaChicas, una organización sin fines de lucro con la misión de acortar la brecha digital de género, y FemIT, organizada por Las de Sistemas, una comunidad transfeminista de mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binarios que trabajan en la industria de la tecnología. A nivel internacional, también trabajamos con Girls Who Code, que desde el 2012 busca enseñar a las mujeres jóvenes habilidades informáticas y de programación a través de cursos, campamentos y clubes. y con Girls in Tech, una organización sin fines de lucro cuyo objetivo es empoderar a las mujeres en tecnología.
Coherencia entre el decir y el hacer: crear una cultura empresarial inclusiva
Tengo la suerte de dirigir una empresa que valora diferentes antecedentes y perspectivas en donde, dentro del equipo de líderes, más del 50 por ciento son mujeres. Desde ese lugar entendemos que promover el liderazgo en tecnología es nuestra responsabilidad colectiva.
No depende solo de los empleadores, que son quienes alientan a los empleados, brindan oportunidades de mejora de las habilidades e impulsan la tutoría en sus organizaciones. Y no son solo los aliados masculinos, quienes agregan una voz a las voces de las poblaciones marginadas y subrepresentadas, que con demasiada frecuencia se pasan por alto. Tampoco lo son los educadores, que deberían enseñar a las mujeres más jóvenes sobre su potencial para dedicarse a STEM a una edad temprana. Todos debemos trabajar juntos para cambiar la cultura de adentro hacia afuera.