Tras meses de expectativas, una llamativa campaña por radio y televisión, así como alguno que otro obstáculo, Altice Dominicana finamente anunció la consolidación bajo ese nombre de lo que hasta hace poco se conoció como Orange Dominicana y Tricom.
El feliz anuncio tuvo lugar de manera oficial el pasado lunes 20 de noviembre a las 7:45 de la noche durante un evento realizado por todo lo alto en el hotel Renaissance Jaragua de Santo Domingo, dando inicio formal a lo que la compañía llama un nuevo camino hacia la convergencia entre lo real y lo digital.
En este mundo dominado por inteligencia artificial, IoT, realidad aumentada y otras innovaciones que requieren de conexiones cada vez más rápidas y equipos cada más sofisticados es bueno saber que contamos en el mercado local con una compañía a la vanguardia y en capacidad de recorrer estos caminos junto a su clientela.
La promesa de Altice, similar a Magic Leap, es llamativa y esperanzadora. Sin embargo, el inicio aquí en República Dominicana ha sido algo accidentado, y no necesariamente porque Indotel haya querido dañar el momento hace dos meses con un condicionamiento a la fusión que fue cuestionado y objetado públicamente.
Resulta que Altice como grupo no está muy bien económicamente, y en respuesta a las preocupaciones de accionistas ya se está hablando de vender sus negocios en la República Dominicana, así como su portafolio de torres de comunicación diseminadas por Europa, entre otras unidades.
Si bien este tipo de decisiones es rutinaria en negocios multinacionales, no deja de llamar la atención el hecho de que hace apenas cuatro días que Altice está operando oficialmente bajo ese nombre en el país, con presencia a nivel de tiendas, sucursales y figurando como operador en los teléfonos de sus clientes.
La presión de accionistas de Altice viene por la enorme deuda de 51 mil millones de euros que ha venido acumulando por la compra de más de 30 empresas en los últimos 15 años como parte de su estrategia de crecimiento. En las últimas semanas, sobre todo después de unos resultados trimestrales poco satisfactorios, se han dado cambios de importancia en la alta jerarquía de Altice, incluyendo la renuncia del CEO, situación que propició a su fundador, Patrick Drahi, a retomar el control.
¿Resuelve algo vender los negocios en República Dominicana? Hay quienes lo ven como una discriminación, pero en realidad hay que verlo desde el punto de vista de los inversionistas y accionistas. Aun cuando el negocio a nivel local sea rentable, dentro de lo global el porcentaje que representa es mínimo.
El vender negocios ofrece a Altice una oportunidad de ir recuperando capital de una manera relativamente rápida, o al menos mucho más que esperar a calcular los ingresos trimestre tras trimestre, y debe recordarse que no es solamente su inversión en República Dominicana que está en la mira para los fines.
Aun cuando la decisión de vender sus negocios en el país no es definitiva, sobre todo porque el anuncio del lunes contribuyó a un aumento en las acciones -señal siempre positiva en mercados- ya se barajan nombres de posibles compradores. Uno de ellos es LiLAC, tracking stock de Liberty Global que se centra en el desempeño de su división en Latinoamérica y El Caribe. Curiosamente LiLAC forma parte de Cable & Wireless, que en 2013 fue un contendor de Altice cuando Orange Dominicana buscaba comprador.
Hemos visto la posible venta de Altice desde el punto de vista meramente corporativo, pero, ¿qué hay de los clientes? No bien se ha hecho la transición Orange/Tricom a Altice cuando ya se suelta esta noticia, que a nivel local, al menos, no ha sido comentada por la empresa. Naturalmente existe el temor entre usuarios de la compañía de que el mercado no se tome en serio o sea descuidado por estarse buscando un comprador.
Si bien en teoría a Altice le conviene dar buen servicio para mantener y aumentar el atractivo de sus negocios en el país, en la práctica se han visto casos en donde efectivamente el mercado es descuidado. Sería interesante ver cómo se maneja el tema aquí y, de paso, ver como evoluciona la salud financiera de Altice. Mientras tanto, los clientes en redes, y con razón, expresan su temor a que las cosas simplemente empeoren. Solo nos resta darle tiempo.