Arribamos a 2024 y la inteligencia artificial sigue siendo el tema del momento, pero todo indica que en este año el tono y la dirección de la discusión podrían cambiar drásticamente.
A lo largo del 2023, gracias al impresionante debut en noviembre de 2022 de ChatGPT y la fiebre inusitada que se desató a nivel mundial, la inteligencia artificial y sus avances, sobre todo en el campo generativo, acapararon titulares y protagonizaron intensos debates y análisis.
Finalizando 2023, y aun cuando los avances y los planes de compañías como OpenAI -la responsable de ChatGPT- seguían imparables, iba emergiendo otro tipo de conversación en torno a esta tecnología.
Al tiempo que se alababan las proezas cada vez más impresionantes de ofrecimientos como ChatPGT y Dall-E; al tiempo que se aplaudía la integración cada vez mayor de estas tecnologías en las plataformas de Microsoft o Google; al tiempo que se desarrollaba en tiempo real el chisme OpenAI por cuestiones de ego y poder, iban surgiendo conversaciones más serias y realistas en torno a cuestiones como el impacto real de la tecnología, derechos de autor y la necesidad de su regulación.
Así como las últimas semanas de 2022 ofrecieron un indicio bastante certero de lo que se estaría viendo en 2023 respecto a la inteligencia artificial, lo mismo podría decirse ocurrió en las últimas semanas del año recién finalizado.
El hecho de que la Unión Europea acordara una Ley de Inteligencia Artificial, donde se contemplan requisitos de transparencia para productos como ChatGPT y donde se establecen parámetros respecto al uso adecuado de marcadores biométricos para fines de vigilancia, da una idea muy clara de que la discusión y el foco en torno a inteligencia artificial en 2024 van hacia su regulación, apostándose a un aprovechamiento adecuado de la tecnología para que esta sirva de complemento a la humanidad y no sea tan solo una amenaza tecnológica más.
Fue aún más simbólico que 2023 terminara con la bomba que supone la demanda del New York Times a OpenAI y Microsoft por haberse entrenado a ChatGPT con contenidos de este periódico cuyos accesos se supone estás sujetos a un pago.
Es importante saber que los sistemas de inteligencia artificial, sean generativos, de reconocimiento facial o de cualquier otra índole, se entrenan con grandes volúmenes de datos, y una de las principales fuentes es la Internet.
Esto ha dado pie a debates centrados en la ética de estos sistemas, el respeto a los derechos de autor y la pertinencia de retribuir o resarcir de alguna manera a quienes han contribuido involuntariamente al desarrollo de la inteligencia artificial.
Lo del New York Times pone en evidencia la gravedad y alcance del asunto, que va más allá del simple uso no autorizado de materiales protegidos por copyright.
Esta demanda vuelve a poner de relieve los golpes que periódicos y otros medios tradicionales han estado recibiendo por años por vía de avances tecnológicos.
Primero fue la oleada de lo digital y la conveniencia de conseguir noticias prácticamente de gratis por esa vía, movida que afectó considerablemente a los periódicos impresos Tras muchos años en esta lucha, medios como New York Times lograron un balance al establecer métodos rentables de suscripción en terreno digital, y es eso lo que ahora mismo está en juego
Sin duda, 2024 promete ser un año de debates interesantes en torno a la inteligencia artificial. Mantengan la sintonía con Vía Tecnológica para más.