De todas las cosas anunciadas en la conferencia anual de desarrolladores Apple, realizada de manera virtual en julio pasado por cortesía de la pandemia, la más llamativa fue aquella que apuntaba un cambio de Intel a Apple Silicon a lo interno de las Mac.
El anuncio, aunque no tan llamativo como carros transformers o teléfonos flotantes -algo que ya la gente quisiera ver de parte de Apple- no deja de ser impactante por sus implicaciones tanto para Intel como para el ecosistema Apple y las posibilidades qye se abren a ese nivel, y por ese motivo la transición hacia esa nueva familia de chips fue el “algo más” prometido por la compañía hace unos días.
Antes de entrar en detalles de lo presentado este 10 de noviembre en el evento especial Apple -posiblemente el último de este 2020-, vale hacer una pequeña aclaración: Apple Silicon no es algo del todo nuevo, pues lo cierto es que procesadores Apple llevan años impulsando el desempeño de iPhone e iPad. La novedad es su introducción en equipos Mac, una movida que implica el desarrollo de chips capaces de apalancar la experiencia de uso sin modificar el diseño delgado y compacto que les suele caracterizar.
Para lograr esta visión, Apple presentó formalmente el chip M1 en un evento donde además hubo mención de Big Sur, el nuevo sistema operativo para MacOS, así como la presentación de tres nuevos equipos Mac impulsados por el más reciente integrante de la familia Apple Silicon.
M1 es un chip basado en arquitectura ARM de 5 nanómetros y 16 mil millones de transistores que combina CPU de 8 núcleos -4 de alta eficiencia y 4 de alto desempeño, unidad de procesamiento de gráficos (GPU) de 8 núcleos y motor neuronal de 16 núcleos capaz de ejecutar 11 billones de operaciones por segundo. Todo esto resulta en un sistema de un solo chip que ofrece mejoras sustanciales a nivel de procesamiento, fluidez de gráficos y batería, permitiendo a equipos Mac realizar tareas que anteriormente eran impensables.
El complemento ideal de M1 es Big Sur, un sistema operativo desarrollado para ajustarse perfectamente a los nuevos procesadores para así sacar el máximo provecho, con énfasis en seguridad, desempeño y duración de la batería. La experiencia estará disponible a partir del jueves 12 de noviembre.
La transición de las Mac hacia Apple Silicon empieza con un lineup de tres equipos. El primero de ellos es la nueva MacBook Air, que retiene su forma habitual y precio (a partir de 999 dólares; 899 dólares para sector educación). Comparada al modelo anterior, esta ofrece procesamiento 3.5 veces más rápidos y gráficos 5 veces más rápido. La duración promedio de la batería aquí es 18 horas, y, algo muy importante: el diseño es silencioso al carecer de abanico. Este equipo ofrece pantalla de 13.3 pulgadas, SSD de hasta 2TB y hasta 16GB de memoria RAM.
El segundo equipo en presentarse con M1 fue Mac Mini, que en esta ocasión tiene precios que inician en 699 dólares, es decir, 100 dólares menos que el modelo anterior. Aquí los gráficos son seis veces más rápidos gracias a nuevo chip, que ofrece las mejoras ya señaladas en términos de funcionalidad y batería. Durante la presentación se hizo gran énfasis en los puertos que ofrece en la parte trasera: dos Thunderbolt/USB 4/, dos USB A, uno para ethernet, uno para HDMI y uno de 3.5 milímetros para audífonos, todo en su formato habitual de 7.7 pulgadas.
Para finalizar con los equipos, la MacBook Pro de 13 pulgadas también introduce un modelo con M1, lo cual asegura batería superior, desempeño más veloz y potente y seguridad mejorada. El precio se mantiene igual: a partir de 1,299 dólares para el público en general y a partir de 1,199 dólares para educación.
La transición de Intel a Apple Silicon trae consigo además apps universales, las cuales funcionan tanto en ARM como en Intel. Todo el proceso se prevé que tome dos años en completarse.
Ustedes, ¿qué esperan de este nuevo rumbo que toman las Mac? Compartan su parecer en la sección de comentarios.