El último Informe de Seguridad de Datos 2025 de Fortinet y Cybersecurity Insiders revela una paradoja en la ciberseguridad corporativa: aunque las organizaciones están invirtiendo más en protección de datos y riesgos internos, los incidentes de pérdida de información continúan en aumento.
El 72 por ciento de las compañías encuestadas aumentó sus presupuestos en el último año, pero el 77 por ciento sufrió al menos un incidente relacionado con pérdida de información privilegiada en los últimos 18 meses, y casi el 60 por ciento enfrentó seis o más episodios de este tipo.
El problema no parece estar en la falta de inversión, sino en la dependencia de herramientas de prevención de pérdida de datos diseñadas para entornos más simples y con amenazas externas como foco principal.
En un escenario donde la nube, las plataformas SaaS y la inteligencia artificial forman parte de las operaciones diarias, esas soluciones tradicionales resultan insuficientes. Carecen de visibilidad sobre cómo interactúan los empleados con la información, no logran distinguir entre error y malicia, operan de forma aislada y tardan demasiado en ofrecer resultados útiles.
La consecuencia es una proliferación de alertas que generan más ruido que claridad. Casi la mitad de las organizaciones reportó pérdidas financieras directas por incidentes internos, con un 41 por ciento que calculó daños de entre 1 y 10 millones de dólares y un 9 por ciento que los estimó por encima de 10 millones. A esto se suman impactos en reputación y operaciones que en sectores como biotecnología o manufactura pueden borrar años de inversión y anular ventajas competitivas.
El informe subraya que la pérdida de datos ya no puede considerarse solo un problema de cumplimiento normativo, sino un riesgo empresarial que afecta la viabilidad de las compañías. Los líderes de seguridad identifican la necesidad de soluciones que ofrezcan visibilidad en tiempo real, integren comportamiento y contexto, y sean capaces de supervisar datos sensibles en entornos distribuidos.
La conclusión es clara: mientras los presupuestos seguirán creciendo, el verdadero progreso dependerá de la capacidad de elegir plataformas adaptadas a los desafíos actuales, capaces de ofrecer respuestas en lugar de solo generar alertas.







