Este invento si está bueno: una pistola que al apuntar a una persona tiene el efecto casi inmediato de silenciarla, sin hacerle daño alguno, tan solo usando sus propias palabras a modo de arma.
¿Suena raro? Tan solo hay que imaginarse el shock que nos causa oir nuestra propia voz en forma de eco inesperado cuando hablamos por teléfono o hacemos cualquier otra cosa. Normalmente el efecto es que efectivamente nos callamos, y este es el mismo principio que emplea “Speech Jammer”, dispositivo desarrollado por los japoneses Kazutaka Kurihara, del Instituto Nacional de Ciencia Industrial y Tecnología Avanzada de Tskuba, y Koji Tsukada, de la Universidad de Ochanomizu.
La pistola en cuestión emplea una técnica conocida como Retroalimentación Auditiva Demorada (RAF, por sus siglas en inglés) que básicamente se aprovecha de un curioso dato: si bien nuestros cerebros tienen la necesidad de escuchar lo que hablamos para el adecuado procesamiento, tiene un efecto inquietante y debilitante escuchar la misma cosa repetida unos milisegundos más tarde (entre 9.2 y 192 milisegundos para ser exactos) por nuestra propia voz. El uso de esta técnica, de acuerdo a psicólogos, garantiza casi siempre que la persona interrumpirá su discurso abruptamente y probablemente gaguee hasta quedar en total silencio.
En base a este principio, cuyo efecto ha sido comprobado en estudios relativos al habla y la logopedia, Speech Jammer consta de un micrófono que recoge el audio para luego reproducirlo cuando se apunta el láser de la pistola al objetivo deseado, forzando a la víctima a una sumisión vocal involuntaria.
El dispositivo funciona con precisión a una distancia de 30 metros y se ha comprobado que funciona de maravillas con gente que está leyendo o recitando un discurso o material preparado. Lamentablemente, Speech Jammer es menos efectivo en monólogos espontáneos, pero, aún así, no se descarta que pueda usarse para aquietar estudiantes, callar gente ruidosa en una biblioteca o silenciar a la pareja/amigo/conocido que no para de dar quejas. Probablemente si el Rey Juan Carlos hubiese tenido uno de estos aparatos a la mano no se hubiese sentido en la obligación de mandar a callar a Hugo Chávez en aquella cumbre del 2007, sino que a distancia hubiese logrado su objetivo.
Speech Jammer aún está en etapa de prototipo, pero no dudo que genere tanto interés que se convierta en un producto comercial.
ACTUALIZACION: basado en este concepto hay una aplicación, Stutterbox, que funciona en Chrome. Otra, Speech Jammer, está disponible gratis en iTunes para iOS 6.0 en adelante.