No es un buen momento para las redes sociales y compañías de Social Media en general: tras meses de acusaciones de fake news y sesgo político la administración Trump podría tomar acciones, complicando aún más un escenario que desde marzo de este año se encuentra bajo escrutinio constante.
La semana pasada varios medios estadounidenses reportaron de un borrador redactado por la Casa Blanca que ordenaría investigar las prácticas de negocios de estas compañías, un conglomerado que incluye a Facebook, Google y Twitter de manera representativa.
De manera consistente el presidente Donald Trump ha mostrado antipatía hacia esas tres compañías, a las que además de fomentar desinformación o fake news las acusa de silenciar voces, especialmente del ramo conservador y republicano.
Para validar esta acusación basta con observar la cantidad de canales y cuentas suspendidas en estas plataformas, así como la naturaleza de sus contenidos, los cuales usualmente no son políticamente correctos y van en contra de las corrientes del feminismo, LGBT, migración, minorías y otros temas que bien pudieran considerarse controversiales.
En audiencias congresuales estas compañías han admitido la comisión de errores a la hora de enfrentar desinformación y otros males al castigar a políticos y figuras públicas que quizás no incurren en esas prácticas, pero al mismo tiempo enfatizan haber tomado los correctivos de lugar.
Pese a la naturaleza de las acusaciones, la investigación, cuya orden aun no ha sido firmada por el presidente Trump, se centraría en revisar que estas compañías no violen disposiciones antimonopolio.
¿Qué tiene que ver posible monopolio con sesgo político o fake news? El alegato es el siguiente: una de las principales consecuencias del monopolio es el daño al consumidor. En este caso el sesgo político podría ser su forma de manifestarse, siendo usado este mecanismo por esas compañías para manipular y dominar la opinión públicam entrando en escena el tema de la desinformación por vía de fake news.
La Casa Blanca no ha admitido los planes de esta investigación. Sin embargo, Bloomberg obtuvo una copia del borrador.
En lo que se define el caso, una cosa es segura: la preocupación en torno a las redes sociales y la forma en que el recurso es usado y abusado de manera consistente va en aumento. En enero de este año el magnate George Soros despotricó contra ellas, llegando a vaticinar su eventual desaparición de seguir por el camino actual. Por su parte, el dueño del periódico Times las definió la semana pasada como el “cáncer” de este tiempo.
A todas luces las redes sociales y las compañías que manejan y controlan la distribución de información se hallan ante una encrucijada, pues además del fenómeno fake news y la acusación de manipulación colectiva está el tema de la privacidad y uso indebido de información que los propios usuarios comparten voluntariamente sin pensar en las consecuencias. El potencial de mejora e reingeniería es enorme desde ese punto de vista.