¿De cuántas horas es tu jornada laboral?
La mayoría de la gente trabaja formalmente en horario de 8 de la mañana a cinco de la tarde, pero la realidad es que a menudo esa jornada se extiende mucho más allá por vía del smartphone, las redes sociales y otras facilidades típicas de esta época.
Agrava las cosas la modalidad del teletrabajo, donde la delgada línea entre lo laboral y lo personal terminó de diluirse.
Al trabajar desde la casa, es muy fácil flexibilizar las horas de trabajo, resultando esto en un impacto negativo a nivel de salud mental y bienestar en general.
Por motivos muy variados, algunos jefes y supervisores simplemente no saben cuando parar. Es así como se ha normalizado el tema de trabajar horas extras, aun cuando en muchas ocasiones denota ineficiencia de una o ambas partes. Es también la razón por la que algunos empleadores no tienen reparo en interrumpir las horas de descanso de sus empleados con llamadas y mensajes de texto imprudentes.
Todo lo planteado en los párrafos anteriores se ha denunciado por años, siempre con la pregunta de quién le pone un pare.
Pues bien, tal parece que Portugal ha decidido buscar la vuelta a este inconveniente por la vía legislativa.
Según nuevas leyes laborales en ese país, contactar a un empleado fuera de su horario de trabajo podría resultar en multas al empleador, salvo casos extraordinarios.
El objetivo que persiguen las autoridades portuguesas es restaurar el balance perdido entre la vida laboral y la vida personal, con especial énfasis en aquellos que trabajan desde sus casas.
Para este grupo en particular, se propone que empleadores compensen algunos gastos derivados de trabajar desde casa, como electricidad y servicio de Internet.
Por supuesto, algunas excepciones aplican, y es el caso para empresas con menos de 10 empleados, las cuales no tendrán que cumplir con esos mandatos.
Cierto es que cada empresa es distinta y que no todas tienen un horario estándar de trabajo. Aún así, el descanso y la desconexión del trabajo como tal son derechos sagrados del empleado, por tanto viene bien algo de legislación por ese lado.
La gran pregunta: ¿seguirán otros países los pasos de Portugal? Es poco probable que los empresarios dominicanos entren en esa, pues la cultura imperante es casi de esclavitud, usualmente a cambio de unos pocos cheles.
Nada. Soñar no cuesta nada, dicen.
