Al igual que la textura del pelo, la estructura ósea y la forma de la nariz, el color de los ojos de una persona es un rasgo fenotípico que viene determinado por la información genética de sus padres, siendo el marrón el color más abundante entre humanos, presente en aproximadamente el 50 por ciento de la población mundial. Resulta más que evidente que el color marrón es dominante, mientras que los ojos azules, verdes, grises y de otras tonalidades son producto de una mutación genética y son recesivos.
Más allá de la genética, hay tres factores que inciden en la coloración del ojo: la cantidad de melanina presente en el epitelio del iris, la cantidad de melanina en el estroma (la parte anterior del iris) y la densidad del estroma. Bajas concentraciones de melanina en la parte anterior y baja densidad que resulta en el reflejo de ondas cortas de luz sobre la superficie conforman la base de los ojos azules y las demás variaciones de colores fuera del marrón. En el caso particular de los ojos azules, se ha determinado que quienes poseen esta característica cuentan con un antepasado común que fue el que dio origen a la mutación genética alrededor de 6 mil ó 10 mil años atrás.
¿Por qué el énfasis en ojos azules? Ya sea por un asunto de estereotipos, porque están asociados a la raza aria (la mutación ocurrió al noroeste del Mar Negro, cuerpo de agua que separa a Europa oriental de Asia occidental), porque son bonitos o por pura vanidad, es mucha la gente que desearía tener los ojos azules, y es mucha la gente que recurre al uso de lentes de contacto para lograr ese efecto, aún sea de manera temporal. La obsesión con los ojos azules no es de ahora, y de hecho el infame doctor nazi Josef Mengele, mejor conocido como el “Angel de la Muerte”, hizo experimentos con niños de los campos de concentración en los que inyectó sustancias a los ojos en un intento por cambiarlos de marrón a azules. Los experimentos, además de ser un rotundo fracaso, dejaron a varias de sus víctimas con ceguera permanente.
Procedimiento Lumineyes
Casi 70 años después de tan horrible episodio la fascinación con los ojos azules sigue vigente, y hay por lo menos un médico que alega haber encontrado la forma de transformar ojos marrones en azules de manera rápida (sólo 20 segundos toma la operación) y permanente, sin provocar daños a la vista. El único problema es que se trata de una operación irreversible porque implica el uso de un láser a una frecuencia específica que remueve la melanina presente en la parte anterior del iris, y este pigmento no se regenera.
La técnica, desarrollada por el doctor Gregg Homer, de Stroma Medical, California, se denomina Lumineyes y todavía no ha sido aprobada para su uso en ningún lugar. Tras 10 años dedicados al desarrollo y perfeccionamiento de la tecnología, Homer dice que existe una posibilidad de que el procedimiento esté disponible dentro de los próximos 18 meses fuera de Estados Unidos, donde estaría disponible en tres años si es aprobada por la FDA. De momento, Stroma Medical ha iniciado pruebas clínicas en humanos y busca recaudar 800 mil dólares para completarlas.
De acuerdo con Homer, ojos tratados con Lumineyes adquirirán coloración azul al cabo de dos o tres semanas después del procedimiento, que tendría un costo aproximado de 5 mil dólares. La inspiración de Homer para desarrollar esta técnica es un tanto poética, pues hace referencia a aquello de que los ojos son las ventanas del alma, y que los ojos marrones son demasiado opacos para los fines. Como era de esperarse, el doctor dice que miles de personas le han contactado por correo solicitando más detalles acerca del procedimiento.
