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¿Se te dificulta usar un teclado? Echale la culpa a la tecnología

¿Se te dificulta usar un teclado? Echale la culpa a la tecnología

A la hora de sentarte en una computadora a redactar un escrito, ¿cómo usas el teclado? ¿Prefieres usar todos tus dedos o, por el contrario, resuelves cada movimiento con dos o a lo sumo tres dedos?

En esta época, y pese a que no hace tanto se usaban las clásicas maquinillas de escribir conjuntamente con un manual de mecanografía que enseñaba la posición correcta de cada dedo y el uso de cada tecla más allá de letras y números, es cada vez menor la cantidad de gente que domina el arte de escribir con ayuda de un teclado físico de la manera correcta y eficiente.



Con la abundancia de tabletas y smartphones que prescinden de un teclado físico en favor de uno virtual habrá quien diga que un concepto como la mecanografía está desfasado, lo mismo que el arte de escribir a mano, pero la realidad es que ambas cosas siguen siendo necesarias: por un lado, la mayoría de las oficinas siguen usando computadoras de escritorio y, por el otro, aun se requieren firmas físicas para documentos de importancia, aparte de que nada supera la calidez y personalización que brinda una nota escrita a mano.

Saber usar un teclado con cierta rapidez de escritura sigue siendo un requisito en algunos trabajos que están en industrias algo más tradicionales o en aquellas que dependen enteramente de la palabra escrita, como es el caso de periódicos y editoriales, por solo mencionar un ejemplo real. Cierto es que como van las cosas cualquier noticia se genera y se publica desde un smartphone, pero entonces eso nos lleva a un escenario donde rapidez y simpleza terminan dando al traste con calidad y delicadeza, facilitando fenómenos como aquel de #fakenews.

El uso de teclados no es tan anticuado como pudiera parecer, ni tampoco va del todo en contra de la corriente: en la industria de la tecnología de la información (TI) resulta de suma importancia saber usar un teclado, así como conocer lo que hace cada tecla, algo que el grueso de la población suele ignorar aun cuando lleva años expuesto a estos aparatos.

¿A que viene este tema de saber usar un teclado? Resulta que en Japón, donde el uso de tecnología es extremo y se sale de lo que consideraríamos en Occidente parámetros normales, se están observando los inicios de una posible nueva brecha digital en ese sentido. Curiosamente, esta brecha es invertida en el sentido de que, para variar, las generaciones más viejas llevan una considerable ventaja sobre sus pares más jóvenes.

Japón es un país donde se permite a los estudiantes desarrollar y entregar sus tareas desde sus smartphones o tabletas con ayuda de la nube, lo que reduce significativamente la necesidad de usar teclados físicos. En ese país, según datos de Yoshiaki Hashimoto -profesor de información socio-psicológico en la universidad de Tokio- y el Ministerio de Comunicación y Asuntos Internos, el uso de internet desde el smartphone fue de 80% entre las edades de 10-19 años para el período 2012 al 2016. Sin embargo, el uso de computadora personal bajó de 75% a 56% en el mismo periodo.

Cierto es que el fenómeno que se observa en Japón no se manifiesta con la misma fuerza en América Latina o en Estados Unidos, nuestro referente por excelencia, pero es más que nada una cuestión de tiempo: la inclusión de tabletas en las aulas es cada vez mayor.

Podrá argumentarse que un teclado virtual de smartphone o teclado aun guarda cierta similitud con sus contrapartes físicas, pero, por una cuestión de espacio y comodidad, es fácil acostumbrarse a usar dos dedos. Asimismo, estos teclados son una versión simplificada que carece de teclas especiales que abren otras funciones.

En la misma medida que se ha ido perdiendo colectivamente la habilidad de usar el teclado de forma efectiva y rápida se ha ido perdiendo la etiqueta y la formalidad en la comunicación. En el idioma español, por ejemplo, es poco común usar ambos signos de interrogación al hacer una pregunta. Abundan asimismo las abreviaturas para acortar frases tan simples y comunes como “te hablo luego” (este fenómeno se da en inglés sobre todo, traspasándose a otros idiomas en el proceso).

Esa pérdida de estructura en comunicación, que no es exclusiva de los chats o mensajería instantánea, guarda relación directa con la inmediatez que estas formas electrónicas y digitales de comunicación encierran como parte de su esencia, y por eso, en nuestro afán de responder rápido recurrimos a emojis que resumen en uno o dos dibujos lo que nos tomaría varias palabras (y minutos) expresar.

jeroglifico

¿Volveremos a estos tiempos?

Es curioso observar que hay una similitud entre esos emojis y los jeroglíficos de miles de años atrás. ¿Será que estamos en un proceso de involución en ese sentido? Es posible que el planteamiento resulte algo exagerado, pero en realidad estamos perdiendo muchas habilidades manuales a manos de la tecnología. Ejemplos abundan, y uno de los más clásicos es el uso extensivo de calculadoras hasta para sumas simples.



This post has one comment

1 Jun 2021

Gracias por este artículo. Ratatype es un buen curso de mecanografía, y ahora tienen un modo de juego, es muy interesante para niños y adultos.

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AUTORA

ROCIO DIAZ

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