La población mundial está harta de los tapones, razón por la que cada cierto tiempo salen ingeniosas ideas que prometen solucionar una situación que además de irritar a los conductores hace perder tiempo y aumenta el gasto en combustible, aparte de afectar el medioambiente.
Algunas de las propuestas se van por lo autónomo, con la idea de que la gente es muy torpe al manejar y sistemas más “enfocados” podrían ayudar a aumentar el flujo de tráfico. Otras miran al cielo como una oportunidad, de ahí que Airbus recientemente mostrara un prototipo híbrido que aprovecharía este espacio de manera estratégica.
Drones para pasajeros, que próximamente estarán funcionando en Dubai, y un autobús chino elevado -que al final no se supo si era o no un engaño- también se han presentado como alternativas a una situación que cada día empeora, pero hasta ahora no parece haber consenso respecto a cuál de estas propuestas representa la mejor opción.
Para quienes temen a un futuro donde tanto las vías terrestres como los cielos estarán congestionados, con el agravante de que podría haber accidentes más aparatosos desde el aire, la mejor respuesta podría ser el Hyperloop propuesto por Elon Musk en el 2013, un sistema de cápsulas que viajarían a una velocidad superior a las 600 millas por hora, impulsadas por aire, sin tocar el suelo, a través de tubos despresurizados.
Bajo la promesa de tiempos de viaje mucho más cortos y un ahorro casi total en combustibles, pues el sistema simplemente no lo requiere, Hyperloop llamó la atención desde un principio. Desde 2013 se han presentado propuestas de diseño y al menos dos compañías participan activamente en su desarrollo, sin que haya realmente una presencia mediática fuerte.
Hay todavía mucha gente que duda de la factibilidad de un proyecto como Hyperloop, pero Elon Musk una vez más aumenta las esperanzas con una nueva startup que nació en enero pasado a partir de la desesperación de un tapón en Los Angeles, donde el caos es legendario. Llamada The Boring Company, la misión aquí es empezar a excavar una serie de túneles que servirán para el Hyperloop y, a modo general, para aligerar el tránsito.
El punto de partida será, por supuesto, Los Angeles, lo cual hace perfecto sentido porque la idea le llegó a Musk en esa ciudad y esta siempre ha sido un punto de referencia para Hyperloop. Ahora bien, estos no serán túneles tradicionales: contemplando un solo carril y diseñados para ir en una sola dirección, el diámetro será menor a los 14 pies. Usualmente un túnel tradicional de esta clase tiene 28 pies de diámetro. Es una forma de abaratar costos asociados a la construcción y, de paso, aumentar la eficiencia.
En un video de The Boring Company se visualizan plataformas en las calles que llevan individualmente los vehículos a los túneles, montados sobre una estructura especial capaz de viajar a más de 600 millas por hora sin tocar el suelo, efectivamente como se ha descrito Hyperloop en un principio. Desde ya la startup tiene su equipo de excavación, Godot, listo, así como un lugar ubicado para poner manos a la obra.