A simple vista, Soccket parece una pelota cualquiera de fútbol, pero, tal como dice el refrán, las apariencias engañan. Más que una pelota, Soccket es un generador portátil de electricidad que con su output de 6 vatios puede ser utilizado para encender bombillas, cargar teléfonos, accionar abanicos, esterilizadores de agua, bocinas o estufas pequeñas. La idea es sencilla: un mecanismo giroscópico dentro de la pelota recolecta la energía generada mientras se juega y la convierte a energía limpia mediante tecnología de bobinas inductivas.
Desarrollada por Jessica Matthews y Julia Silverman, dos estudiantes de Harvard que no tenían conocimientos previos de ingeniería, Soccket es una idea que poco a poco ha ido creciendo hasta convertirse en una entidad sin fines de lucro que hace énfasis en la importancia del juego entre niños y adolescentes, sobre todo aquellos que viven en condiciones desfavorables, y de cómo se le puede sacar provecho a esta actividad para ayudar a solucionar un problema tan común como el de la escasez de energía, una situación que conocemos de sobra en República Dominicana.
Aunque a veces pudiera dar la impresión de que solo aquí se nos va la luz a estas alturas del juego, la realidad es que no estamos solos. Uncharted Play, la entidad fundada por Matthews y Silverman y a través de la cual se maneja el proyecto Soccket, estima que 1 de cada 4 personas a nivel mundial carece de un suministro adecuado y estable de energía eléctrica. Las consecuencias las vemos a diario: crecimiento estancado, accidentes lamentables con velas e impacto negativo sobre la salud y el medio ambiente cuando se usan alternativas como lámparas de gas y quema de carbón. Para que se tenga una idea, el uso de kerosene en lámparas genera 190 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono al año. No solo eso, inhalar los vapores generados equivale a fumar dos cajetillas de cigarrillos.
30 minutos de juego con Soccket generan suficiente energía como para accionar un bombillo por 3 horas. No será la gran cosa, pero definitivamente ayuda a paliar la situación en lugares donde el suministro energético es nulo o muy deficiente. Lo mejor de todo es que además de responder a esta necesidad permite a los niños mantenerse activos y jugar de manera sana, uno de los objetivos que persigue Uncharted Play, entidad que está actualmente respaldada por Western Union, Fundación Dame Vida, Clinton Global Initiative, TED y Children International, entre otros.
Hecha de materiales durables y resistentes al agua, Soccket ha sido probada en Sudáfrica con excelentes resultados. A través de la página de Uncharted Play cualquiera puede donar una o varias de estas pelotas, a un precio unitario de 60 dólares, con posibilidad de enviarlas a varios puntos de Africa, Caribe, Asia o América Latina. Otras formas de ayudar al proyecto incluyen la compra de camisetas, donaciones directas, convertirse en socio y realizar eventos para recaudar fondos.