Así como es de visionario, Elon Musk es impulsivo e impredecible, por tanto, no debe ser causa de sorpresa el anuncio de este viernes indicando que ya la compra de Twitter no va.
Los indicios de que este sería el desenlace final de un drama que inició en marzo y que llegó a su clímax finalizando abril estaban a la vista desde hace semanas.
Lo que empezó como una broma y una osadía a raíz de críticas y una encuesta de libertad de expresión, tomó un giro muy real cuando Musk hizo una oferta que, aunque irresistible, los de Twitter se empeñaron en rechazar y combatir hasta que ya no les quedó de otra.
La saga Twitter-Musk, resumida en el video que acompaña esta entrada para mayor conveniencia, tomó un giro oscuro y un tanto inesperado cuando al par de semanas de haberse aceptado la oferta el propio Musk la pusiera en pausa.
Desde ese entonces, Twitter ha estado en un limbo que, finalmente, se definió este viernes cuando Musk puso fin al teatro.
¿Qué fue lo que pasó? Todo se resume, según Musk, en un tema de bots y falta de evidencia que avale declaraciones de Twitter de que estos y las cuentas falsas representan menos del 5 por ciento de la base de clientes monetizables mensuales de la plataforma.
Esta fue la justificación de la pausa anunciada en mayo, y hoy volvió a mencionarse como razón de la suspensión de la compra.
¿Verdad o mentira? No pocos especulan que Musk quería salirse del hoyo en el que él mismo se metió cuando vio que las acciones de Twitter, lejos de subir, empezaron a bajar.
Al tiempo que empezaron a bajar, empezaron a salir detalles de las posibles fuentes de financiamiento que emplearía Musk para honrar la compra. Coincidencia o no, por esos días empezó a hablarse de problemas de liquidez en Tesla, momento que, a su vez, coincidió con marcadas bajas en Nasdaq y el mercado tecnológico en general.
Se había contemplado una penalidad de mil millones de dólares en caso de que Musk se echara para atrás, como en efecto acaba de ocurrir, pero en Twitter están dispuestos a echar la pelea y forzar la ejecución de la adquisición como se había contemplado inicialmente.
¿Es esto una charlatanería de parte de Musk o, quizás, una estrategia para renegociar y comprar a un precio más barato por acción? La verdad, con este personaje nunca se sabe. De momento, el gran perdedor parece ser Twitter, cuyas acciones bajaron 6 por ciento después del cierre de los mercados.
Aún no se sabe en qué va a parar este interminable drama.