El mundo tecnológico está lleno de inventos que a veces resultan frívolos, exagerados o inútiles, como es el caso de cojines que integran su propio control remoto para el televisor, pero hay también propuestas que hacen la diferencia y que realmente merecen ser conocidas en detalle.
En este renglón cae My Special Aflac Duck, un robot de terapia que ganó en CES 2018 un premio en la categoría de “tecnología por un mundo mejor” por su misión de servir de fiel compañero a niños en tratamiento por cáncer.
Si enfrentar cáncer es un prospecto que resulta escalofriante para cualquier adulto, en el caso de un niño la situación es un tanto más delicada y conmovedora, de ahí que la compañía de seguros suplementarios Aflac se uniera a Sproutel para desarrollar un robot de aspecto amigable que ha sido diseñado para servir no solo de compañía incondicional, sino también de terapia, entretenimiento y hasta educación de los procesos propios del tratamiento.
Al igual que otros juguetes inteligentes y robotizados de estos tiempos, My Special Aflac Duck integra una serie de sensores que le permiten interactuar con el niño. La diferencia es la forma en que este robot, inspirado en el pato que sirve de mascota e identificación a Aflac, ha sido concebido.
Para cumplir su cometido, My Special Aflac Duck funciona con tarjetas de radiofrecuencia RFID que le ayudan a reflejar lo que siente el niño a nivel de emociones, con sonidos y expresiones faciales acordes a la situación. Una sonda de juguete permite al niño aplicar al patito el mismo tratamiento que recibe, una forma entretenida de aprender sobre un proceso que para nada es divertido o agradable.
El pato incluso puede ser bañado y alimentado con ayuda de una aplicación por vía de realidad aumentada. Es un juguete terapéutico diseñado para reconfortar a los pequeños pacientes y hacer del proceso algo más llevadero.
My Special Aflac Duck forma parte de la campaña permanente sobre cáncer infantil que mantiene la compañía en Estados Unidos. El robot terapéutico ha sido puesto a prueba con alrededor de 100 niños en situaciones reales, con excelentes resultados.
Eventualmente la meta es que todos los niños en situación de cáncer en Estados Unidos tengan acceso a esta tecnología, sin costo alguno, definitivamente una iniciativa que vale la pena emular.