La tecnología es maravillosa y excitante a partes iguales, sobre todo cuando los avances permiten desafiar preceptos y desarrollar lo que jamás pensó posible.
El caso actual que más se ajusta a esta visión soñadora de romper parámetros-al menos en el escenario de tecnología de consumo- es aquel de los teléfonos flexibles, llamados igualmente plegables porque la idea es tener una pantalla tan maleable que pueda doblarse o extenderse sin causar daños permanentes a la misma.
Hasta la fecha hay tres compañías que se han aventurado a sacar teléfonos flexibles al mercado, y, aún cuando son unidades impresionantes, cada una de ellas provoca reacciones mixtas que tienden más a lo negativo que a lo positivo en lo que respecta a funcionalidad y factibilidad en el uso diario.
Pese a su carácter mayormente experimental, y aun cuando no convencen del todo, la realidad es que hay un impulso de parte de la propia industria hacia el tema de los plegables, y ello se hace más que evidente cuando hasta Apple, actualmente considerada una de las compañías más rezagadas en lo que a seguir tendencias se refiere, somete y recibe patentes que van por esa línea.
Desde hace mucho la estrategia de Apple al abrazar tendencias tan novedosas como esta de la flexibilidad es nunca aspirar a ser el pionero, sino esperar y perfeccionar para así dominar. Hace un buen tiempo que Apple no rompe parámetros, pero en el caso de los flexibles las cosas podrían dar un giro interesante si en efecto la compañía se mete en el juego.
El 3 de marzo de este año, la oficina estadounidense de patentes y marcas de Estados Unidos (USPTO por sus siglas en inglés) otorgó una patente a Apple para un cover y pantalla flexibles orientados a uso en un dispositivo electrónico, descripción que va en línea con el tema de los plegables y la posibilidad de que salga un iPhone con esta característica.
Según lo descrito por Apple en la patente, hay tres posibles configuraciones para este posible equipo: cerrado, abierto o intermedio. Dependiendo de la orientación de cada porción de pantalla, la interfaz podría cambiar, tal como lo contempla Microsoft en su propuesta de pantalla dual Surface Duo.
El cover en la probable propuesta flexible de Apple ayudaría a mitigar el estrés de abrir y cerrar continuamente un equipo de esta naturaleza, siendo este un punto particularmente débil y problemático en las actuales propuestas plegables. La parte plegable de este cover podría estar reforzada por químicos y podría ser de vidrio, zafiro o cerámica. La pantalla, por su parte, podría ser LCD, OLED, AMOLED o de tinta electrónica. Un sensor se encargaría de apagar, deshabilitar o poner en standby a la pantalla cuando el dispositivo esté cerrado.
Llama la atención que hay un par de patentes más de Apple que guardan relación con esta posible propuesta flexible, ambas tratando de compensar debilidades ya observadas en equipos flexibles ya en el mercado. Una de ellas contempla el uso de algún material a modo de relleno para ser usado en la parte donde el equipo tiende a ser más vulnerable y menos robusto cuando está totalmente abierto (o sea, el medio). La otra contempla un mecanismo para calentar el equipo en días fríos para evitar daños a la pantalla.
Un iPhone flexible de Apple podría estar lejos de materializarse, siendo el pronóstico que podría verse algo para finales de 2021. Mientras tanto, tenemos más propuestas flexibles interesantes de parte de TCL, que el año pasado presentó un concepto de tres pantallas donde el despliegue conjunto convierte al equipo en una tableta de 10 pulgadas.
Si esta idea resulta llamativa, más curiosa es la del teléfono enrollable que hizo acto de presencia en esta semana. El objetivo de TCL aquí es superar la debilidad del mecanismo de apertura y cierre que emplea una bisagra al simplemente eliminar esa necesidad y sustituirla por un botón que desenrrolla todo cuando es necesario. El concepto es cool, pero, al igual que otras propuestas flexibles, representa un reto para desarrollo de software, interfaces y hasta aplicaciones capaces de adaptarse a un entorno dinámico.
Para responder a la pregunta que sirve de título, sí, los teléfonos flexibles pueden llegar a hacer sentido, pero eso tomará tiempo y mucho esfuerzo de investigación, desarrollo, prueba y error. Para que esto llegue a dominar en el mercado tienen que pasar muchas cosas, y una de ellas no es tan fácil: bajarles el precio. Veremos como siguen los acontecimientos en este 2020, pues solo así podemos hacernos una idea más clara sobre el tema.