La CEO de X renunció el pasado miércoles 9 de julio al cargo, y si bien para conocedores del tema no fue ninguna sorpresa, para mucha gente fuera del ámbito corporativo sí lo fue porque nadie se acordaba de la existencia de esta persona hasta anteayer.
Para bien o para mal, la gestión de Linda Yaccarino en X pasó sin pena ni gloria, y no es que carezca de cualidades o capacidad, sino que es difícil hacerle sombra a Elon Musk e imponerse a sus desmanes.
En efecto, es mucha la gente que asume -erróneamente- que Musk es el CEO de X, y esta percepción se desprende del hecho de que Musk asumió ese rol tras la compra de Twitter en octubre 2022. Ocho meses después, en junio de 2023, fue que Yaccarino oficialmente asumió el cargo.
Para ese entonces, la compañía se llamaba Twitter aún y estaba enfrentando varias crisis, siendo una de las más graves la escasa publicidad en la plataforma, agravada tras caer en manos de Musk. El 23 de julio 2023, Twitter se transformó en X y se suponía que Yaccarino sería clave, pero nunca fue así: cada esfuerzo se veía desbaratado por los impulsos e impertinencias de Musk, quien siempre ha mantenido un altísimo perfil.
Es curioso el hecho de que Yaccarino entró a X por la misma razón que decidió salirse: problemas causados por comentarios antisemitas en la plataforma, siendo Musk uno de sus principales propagadores.
Fue justamente un comentario antisemita de Musk lo que llevó a Disney y otras compañías a suspender o detener la publicidad en Twitter/X. Fue bajo estas circunstancias que Yaccarino entró en escena, buscada por su experiencia con el negocio de la publicidad.
El rol de Yaccarino como CEO sería el de reparar relaciones con anunciantes y ejecutar la visión de Musk de convertir a X en algo más que una plataforma de microblogging, pero -vaya problema- Musk y sus locuras nunca le dieron oportunidad real.
A lo largo de sus dos años como CEO, fue poco lo que se vio o leyó de Yaccarino, y por eso muchos al leer el nombre expresaron alguna sorpresa ante su desconocimiento.
Musk, por ejemplo, nunca ha dejado de hacer comentarios inapropiados en su red. De igual forma, los comentarios antisemitas han seguido hasta hoy, siendo un escándalo de este tipo protagonizado por Grok lo que finalmente colmó la copa de Yaccarino.
Tanto X como Grok se han caracterizado por no tener filtros, dar rienda suelta a una libertad de expresión que raya en el libertinaje y dejar espacio a la pornografía, por tanto, nada de esto sorprende realmente.
Para Yaccarino ha de ser un alivio estar fuera de esa locura, pero queda la pregunta en el aire de qué pasará con X dada la cada vez mayor inestabilidad que muestra su dueño, el excéntrico Musk.
¿Llegará X a desarrollar algún día todo su potencial? Mientras Musk siga presente, es poco probable







