Amamantar al bebé, un acto natural y necesario para su sano desarrollo, representa en ocasiones un reto para madres lactantes, sobre todo cuando se reintegran a su vida laboral y trajín del día a día.
No solo se considera amamantar en público un acto inmoral y de mal gusto, sino que la otra alternativa, extraer leche del seno para darla al bebé en un biberón, es también causa de molestias a nivel social. Son muchas las mujeres que reportan verse obligadas a recurrir al cuarto más aislado y de menos acceso en su lugar de trabajo para poder hacerlo, muchas veces con limitabtes importantes de espacio y comodidad.
Los extractores de leche usualmente requieren de electricidad para funcionar, son ruidosos y no del todo portátiles. Sin embargo, desde hace ya más de un año, hey opciones que bien pudieran calificarse de wearables, con todas las comodidades y ventajas que esta tecnología implica.
Una de estas opciones es Willow, que hizo su debut en la versión 2017 del CES, escenario donde volvió a presentarse este año. Es un extractor diseñado para colocarse bajo el sostén. La leche extraída es almacenada en una bolsa de 4 onzas.
La principal ventaja de Willow es la discreción: no hay tubos ni cables delatores. Además, funciona con baterías recargables y es virtualmente silencioso. Para extraer la leche no es necesario desvestirse o esconderse.
Tras un periodo beta que sirvió para recibir retroalimentación y perfeccionar el producto, Willow saldrá oficialmente al mercado este año a un precio de 479 dólares. En atención a necesidades expresadas por usuarias, habrá próximamente opciones de bolsas mayores de 4 onzas.
Willow se complementa con una app -de momento solo compatible con iOS- que da seguimiento a la cantidad de leche extraída.
Otra opción para madres lactantes es Freemie Liberty Pump, que es también tipo wearable e impulsada por baterías recargables. Esta es compatible con aplicaciones de terceros.
