Luego del bombardeo de smartphones al que nos vimos sometidos en las últimas semanas de 2018 cualquiera pensaría que los fabricantes se tomarían un breve descanso en 2019, sobre todo cuando se vienen diciendo e insistiendo que el mercado está en baja, con fuertes evidencias por el lado de Samsung y Apple.
Pensar de esa manera es el equivalente a una utopía o quimera por el mero hecho de que el mercado, aun cuando esté a la baja, sigue evolucionando, y la presión de inversionistas, accionistas y demás actores tan solo aumenta en respuesta al fenómeno.
¿Qué pueden hacer los fabricantes para que la categoría de smartphones vuelva a tener el brillo de antaño? La respuesta a esta pregunta suele ser innovación, pero, ¿cuál? El año pasado el bombardeo fue por el lado de cámaras con múltiples lentes y el afinamiento de la inteligencia artificial que venía asomando desde años anteriores. Ahora, para 2019, todo indica que estaremos viendo dos tendencias que a la larga definirán el rumbo a tomar: 5G y pantallas flexibles.
El tema de las pantallas flexibles resulta curioso a más de un nivel. Samsung, la compañía que lleva cerca de 8 años amagando con la tecnología, perdió la oportunidad de coronarse como el pionero en una categoría en la que se supone lleva ventaja sobre los demás fabricantes.
El caso lo conocemos bien: a finales de octubre una compañía prácticamente desconocida -Royole- sorprendió a medio mundo al anunciar FlexPai en China, con venta flash en ese mismo país. Motivados quizás por esta movida inesperada los de Samsung no perdieron tiempo y ofrecieron un breve vistazo a su propuesta, que de momento ha sido bautizada como Galaxy F y que se espera debute el próximo mes en Barcelona a propósito del Mobile World Congress (MWC).
Según reportes, Galaxy F no solo tendrá pantalla flexible, sino que será un smartphone 5G. Ambos elementos justificarían un precio que rondaría los 1,700 dólares, y aunque la queja recurrente es que los teléfonos están demasiado caros habrá quienes pagarán gustosamente esa cantidad o más con tal de tener en sus manos lo último de lo último en tecnología.
Aun cuando está por verse qué tipo de funcionalidad aportaría una pantalla flexible, o incluso si es algo que los usuarios activamente desean, son varios los fabricantes que ya han anunciado su intención de sumarse a la moda, entre ellos Xiaomi con una propuesta que ha resultado muy atractiva.
Huawei, ahora mismo una de las compañías más innovadoras y competitivas en este renglón, no se queda atrás y ya anunció que en MWC presentará el combo 5G+ pantalla flexible, con el elemento adicional de que todos sus componentes son propios en respuesta a las acusaciones de espionaje que dieron la vuelta el año pasado y que culminaron con el arresto en Canadá de la cabeza de finanzas de la compañía.
Quizás el epítome de la posible fiebre flexible que se verá este año sea Motorola, que a través de su compañía matriz Lenovo estará reintroduciendo el icónico RAZR con esta característica, acompañada igualmente de un precio elevado que se estima ronda los 1,500 dólares.
¿Valdrá la pena pagar tanto por una pantalla flexible? El factor “wow” de estas propuestas es indudable, pero hay que ver la funcionalidad más allá de este elemento. Con 5G pasa lo mismo: todavía no hay un despliegue fuerte de estas redes y, para colmo, hay cierta controversia rodeando esta tecnología luego de que científicos hayan advertido posibles consecuencias negativas sobre salud y medioambiente.
A medida que pasen los meses el panorama de smartphones se irá definiendo. Por el momento se hace evidente que fabricantes de diferentes calibres están dispuestos a abrazar dos tendencias que al menos garantizan un llamado de atención.