En estos días, dependiendo de donde vivas, no resulta extraño ver a muchedumbres completas con boca y nariz tapadas por mascarillas que buscan proteger de elementos como el smog y las partículas de polvo o bien del contagio de virus como la influenza, o peor, el nuevo coronavirus que desde enero arrasa en China y que se ha extendido en menor medida por otros 25 países.
Aun cuando la actual fiebre de mascarillas se debe en gran medida al pánico provocado por el infame coronavirus, hay quienes afirman que, tristemente, este aditamento será cada vez más normal en el día a día en la medida en que el cambio climático de vaya asentando y trayendo consigo un nivel de caos que muchos ni siquiera imaginan.
Ante este panorama poco halagüeño, donde se prevé que habrá aun mayor diseminación de enfermedades virales producto de los efectos cada vez mayores del cambio climático, solo queda la opción de adaptarse, y es por eso que, previendo inundaciones futuras, hace un tiempo debutaron unas agallas para humanos. Ahora, para escenarios secos pero imposiblemente contaminados, ha hecho acto de presencia en la red una propuesta de mascarillas que llevan impresa la parte baja de la cara del usuario para asegurar una continuidad en el uso de tecnologías como el reconocimiento facial.
La idea, que podría parecer absurda y hasta calificar de broma, según se mire, es de la artista Danielle Baskin, la misma que años atrás sacó una línea de suéteres para drones porque a estos aparatos también les da frío.
Pese a que la idea le surgió a Danielle como solución al dilema que supone desbloquear el iPhone o cualquier otro teléfono que use reconomiento facial mientras se usa una mascarilla, la misma tiene usos más allá de esto. De entrada, es una mascarilla para proteger de virus y otros elementos, pero, a la vez, reduce la fealdad asociada al uso de estos aditamentos al dar la ilusión de que llevamos nuestra cara intacta. Donde posiblemente no haga nada es en reducir la incomodidad que supone llevar la nariz y la boca tapadas, pero, en realidad, esta situación la hemos provocado nosotros mismos.
¿Te interesa una de estas mascarillas para Face ID? Pese a que esta propuesta no es más que un reflejo voluntario de la sociedad distópica y capitalista en que vivimos, hay gente interesada en ellas. Interesados deben ir a la página del proyecto e introducir su correo electrónico para fines de contacto. Su precio será 40 dólares y el primer paso para obtener una de ellas es subir una foto de la cara a la aplicación asociada. Danielle da garantía de que estas no se almacenan ni se comparten con terceros.