Hace calor, ¿verdad que sí? La respuesta será afirmativa según el lugar donde nos encontremos: República Dominicana y cualquier otra isla caribeña ciertamente están pasando por un verano intenso, pero del otro lado del mundo, en Australia y similares, están en invierno, con diferentes grados de variación.
Es curioso que cuando hace calor queremos frío y cuando hace frío queremos calor, pero sin excesos. A grandes rasgos, esto define el concepto de “confort térmico” que sirve de título a esta entrada, haciendo referencia el mismo al punto ideal de temperatura y confort en un ambiente determinado.
Pese a que se trata de un concepto simple y fácil de entender, a la hora de alcanzar ese confort térmico intervienen factores más allá de la temperatura, con consecuencias no del todo agradables.
Daikin, un líder en climatización, explica incluso que hay factores de varios tipos que intervienen en este fenómeno, empezando con los factores ambientales, donde el principal es la temperatura del aire. Debe recordarse que este elemento está directamente relacionado con el intercambio de calor entre dos cuerpos, en este caso, entre el aire que rodea al individuo y su piel. Un adecuado control de la temperatura elimina el esfuerzo de acomodación, consiguiendo un mayor confort y bienestar físico. Según Daikin, se consideran temperaturas de confort térmico las que van desde los 21 grados en los meses de invierno hasta los 24 grados en verano.
Cuando hay confort térmico nos sentimos bien
El segundo factor es el control de la humedad. Una gran parte del calor del cuerpo humano se disipa a través de la evaporación por medio de la piel (sudor). Si la humedad del ambiente supera determinados niveles, no habrá sensación de confort. Cuanto mayor es la humedad relativa, más difícil es perder calor a través de la evaporación del sudor y por ello, nuestra sensación de confort es mayor con un calor seco que con un calor húmedo. Se considera que humedades entre el 40 y el 70 por ciento pueden contribuir a la sensación de confort.
Es importante no perder de vista las corrientes de aire, que intervienen directamente en la sensación térmica de las personas. Cuanto más rápido se mueve el aire, mayor es el intercambio de calor entre la persona y el aire (por ejemplo, las corrientes de aire generalmente nos hacen sentir más fríos). Los parámetros de confort en cuanto a la velocidad del aire aconsejan un máximo de 2 m/s.
Si de factores personales se trata, el confort térmico puede verse afectado por nuestra indumentaria. La ropa que usamos incide directamente en el intercambio de calor con el aire y las superficies circundantes. Igualmente, la actividad física incide significativamente en la percepción de la sensación de confort térmico. Por último, están temas como el acceso a la comida o bebida y el estado de salud.
Para ayudar al confort térmico en el ambiente es importante contar con un adecuado sistema de climatización, y, como parte de eso, Daikin recomienda poner atención a temas como la limpieza de los filtros.
