Si crees que Facebook, o cualquier otra plataforma social, en realidad, cuidan a tus hijos de las malas influencias, estás perdiendo tu tiempo.
Cierto es que se torna difícil controlar con quien hablar nuestros hijos en Facebook o con quien deciden entablar amistad, pues ahora mismo es fácil hacerse pasar por lo que no se es, pero cualquier esperaría que las plataformas, internamente, impongan controles para evitar servir anuncios de dudosa naturaleza a grupos demográficos vulnerables.
Para Facebook y demás, todo es un negocio, por tanto no es de extrañar que Reset Australia, parte de una iniciativa global que busca contrarrestar las amenazas digitales a la democracia, haya encontrado evidencias de que a esta red social poco o nada le importa evitar exposiciones indebidas entre adolescentes.
Para llegar a esta conclusión, Reset Australia registró una cuenta falsa para ver si se salía con la suya al dirigir publicidad de cigarrillos, bebidas alcohólicas, vapeo y citas a menores de 18 años. Para desilusión del grupo, recibieron luz verde en la mayoría de las instancias, con la excepción de publicidad que figuraba cigarrillos tradicionales. Cuando cambiaron a cigarrillos electrónicos, no hubo problema.
La moraleja es clara: la publicidad vende, y Facebook no está por dejar de ganarse sus cuartos. Peor aún, según Reset Australia, ocurre lo mismo en Instagram -también parte de Facebook- y en YouTube.
Claro está, al hacerse públicos estos hallazgos, Facebook ha declarado que tiene controles y herramientas de restricción de edad para esos casos. La respuesta, aunque para nada convincente, no deja de sorprender dado el historial de mentiras y deslices de este gigante social.
