En materia de tecnología, la República Dominicana es un referente a nivel regional, gozando de una excelente infraestrucuta de telecomunicaciones y de lugares como el Parque Cibernético de Santo Domingo, reconocido como el primer centro de innovación y conocimiento del Caribe.
Con miras a mantener ese liderazgo y, de paso, aumentar la competitividad, el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) procedió a asignar las frecuencias correspondientes al venidero despliegue de redes 5G.
Altice Dominicana, ganadora de una de esas licitaciones públicas internacionales, asegura que 5G para el mercado dominicano está a la vuelta de la esquina. Tomando en cuenta las oportunidades que se abren por esta vía, esto no es solo una gran noticia, sino un paso de avance, pero…
Desafortunadamente, en materia de tecnología sufrimos de dar un paso para alante y dos para atrás, y esto lo decimos por el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant) y el eterno conflicto con plataformas de transporte como Uber y demás.
En esta semana, el organismo decidió que estas plataformas deberán prestar su servicio a por lo menos un kilómetro de distancia de donde operan servicios de transporte turístico tradicionales.
En pocas palabras se da trato preferencial a los sindicatos, porque al final del día se trata de un conflicto de intereses.
Los sindicatos de seguro están de fiesta con esta noticia, y es posible que hasta piensen que se salieron con la suya.
¿Será verdad? Analicemos. La mayoría de los turistas viene con aplicaciones como Uber instaladas en sus teléfonos. Es más, nosotros mismos al viajar hacemos lo mismo.
¿Realmente creen que forzando al turista a elegir sus servicios van a lograr algo? Los sindicatos de transporte en este país tienen una funesta reputación. Podría ocurrir que la gente elija otro destino, y ya.
La idea de recoger gente a un kilómetro de distancia del aeropuerto es simplemente absurda. ¿Sabrá el Intrant que mucha gente prefiere Uber no solo por comodidad, sino hasta por seguridad?
¿Por qué coartar el derecho de la gente a elegir el transporte que más le guste? ¿No hay un libre mercado en operación?
Se entiende que hay una necesidad de regular servicios como Uber. La pregunta es ¿por qué no se hizo esta tarea antes, si llevan años operando aquí?
Otra cosa, ¿a qué se apuesta con esta medida absurda? Podría ocurrir también que estas compañías simplemente decidan abandonar el mercado. Probablemente no sea este el objetivo en mente.
Si el Intrant tanto quiere ayudar a los sindicatos, ¿por qué no les exige mejores condiciones y un servicio más decente?
Es triste preferir quedarse en la prehistoria antes que reaccionar ante un mundo cambiante.