El complicado mundo del copyright y la tensa relación entre las disqueras y el mundo digital se ha puesto de manifiesto en estos días con el lío TikTok-Universal Music Group (UMG).
El resumen de la situación es sencillo: días atrás, TikTok y UMG no lograron renovar su acuerdo de licenciamiento, lo que ha llevado a esta última a retirar su música de esa plataforma para la enorme decepción de sus usuarios.
Con un catálogo que para 2022 llegaba a 4 millones de canciones y numerosas subsidiarias, UMG es una de las compañías discográficas de mayor importancia en el mundo, conjuntamente con Sony Music y Warner Music.
Al decidir sacar su música de TikTok, representantes de UMG acusaron a esta plataforma, líder indiscutible en redes sociales gracias al fenómeno de los videos cortos en formato vertical, de tratar de intimidar para forzar a la firma de un contrato inferior a lo esperado.
La decisión de UMG, que afecta a cualquier canción donde esa disquera tenga alguna participación, incluso a nivel de colaboraciones y autoría de canciones, se ha hecho sentir en TikTok de manera bastante marcada, y no es para menos.
Desde Taylor Swift y Harry Styles hasta Sophie Ellis Bextor y Lady Gaga, artistas populares de ayer y hoy, con gran arrastre gracias al fenómeno TikTok, ya no pueden servir de inspiración o atractivo para los millones de videos cortos que se publican ahí, muchos de ellos virales.
Si bien el público ha reaccionado con memes y otros relajos, la realidad es que la situación se torna compleja no solo para TikTok y UMG, sino para artistas, sobre todo los emergentes que podrían ser descubiertos gracias a usos creativos en plataformas como TikTok.
Muchas de las canciones que se pegan en la actualidad tienen que ver con el fenómeno TikTok y de videos cortos en formato vertical, pasando de allí a otras plataformas que ofrecen facilidades similares, como es el caso de Instagram con los reels.
Y las canciones que se pegan por la vía de TikTok no necesariamente son nuevas. Se ha visto el caso con canciones como Murder on the Dance Floor, the Sophie Ellis Bextor, la cual se puso de moda 22 años después de su salida gracias al viral reto Saltburn en esa plataforma.
Significa, entonces, que hay una relación simbiótica entre redes sociales y disqueras, con impacto directo sobre artistas, y eso ahora mismo está en peligro.
La decisión de UMG podría, en el ínterin, favorecer a disqueras más pequeñas y a los artistas que estas representan. Asimismo, podría exacerbar la piratería ya existente y documentada en una plataforma como TikTok, y esto iría en contra de los intereses que UMG busca proteger.
Al final, ¿quién sale ganando? ¿Quién sale perdiendo? Solo el tiempo dirá.