Si alguna vez has intentado tomar un selfie grupal, entonces ya sabes lo incómodo y difícil que puede ser, con el agravante de que los resultados raras veces son óptimos.
En ese tipo de fotos quien más sufre a nivel de imagen es precisamente quien toma la foto, ya sea porque al extender el brazo más de la cuenta queda en ángulo poco favorable o porque tuvo que correr para que no quedar fuera de la foto en caso de usar el temporizador del smartphone.
Lo ideal para fotos de grupo es contar con un fotógrafo designado, pero entonces ya ahí mismo dejaría de ser un “selfie” porque la mera palabra implica que uno mismo se toma la foto. En parte esta fue la razón por la que se inventaron los odiados selfie sticks, prohibidos en variedad de sitios, entre ellos museos, por representar un peligro y una distracción a varios niveles.
Siendo el caso que ni siquiera los selfies individuales suelen quedar bien, con casos documentados de gente que se toma hasta 100 fotos antes de dar con una que realmente les guste, han ido surgiendo desde 2014 algunas propuestas que implican una cámara voladora que a voluntad del usuario se colocaría en un punto adecuado para dar con la foto perfecta.
La primera propuesta, que al parecer ya está en fase final para salir al mercado, fue Nixie, una diminuta cámara-dron que se usa en la muñeca como si fuese un reloj, y que resultó ganadora del reto “Make It Wearable” de Intel en noviembre 2014.
Tras la introducción de Nixie fue popularizándose la idea de montar cámaras en drones para así obtener mejores perspectivas de cualquier cosa -no solo de selfies- , con propuestas que van desde Lily y Hexo+ hasta Karma de GoPro, que hace unas semanas fue retirada del mercado por un fallo reportado en el que el aparato perdía fuerza y caía bruscamente.
Montar la cámara en un dron es una buena idea, pero esta es una propuesta que sale cara: los modelos mencionados en el párrafo anterior sobrepasan los 600 dólares, con algunos llegando incluso a costar mil dólares. No solo eso, los drones, aunque portátiles por naturaleza, no son tan fáciles de transportar ni resultan discretos.
Si la idea es tomarse selfies, una mejor propuesta es la Hover Camera, básicamente una cámara montada en un dron autónomo que se puede doblar para ocupar menos espacio. Estas se venden a 599 dólares.
La última propuesta en hacer acto de presencia es AirSelfie, un proyecto actualmente en Kickstarter que sigue el mismo principio de la cámara integrada a un dron, pero con la ventaja de que esta se integra al cover del teléfono para maximizar su portabilidad y funcionalidad.
El precio de introducción de 179 euros (alrededor de 190 dólares) y su formato ultra portátil resultan atractivos, tanto que de su meta de 45,000 euros ya AirSelfie lleva más de 180,000 recaudados faltando aún 29 días para la finalización de la campaña. En base a los detalles de la campaña es posible que su precio final de venta ronde los 300 euros, con compatibilidad para iPhone 6/7 y Samsung S7 Edge.
ACTUALIZACION MAYO 2017: AirSelfie ya está disponible en preorden a través de su website por 279.13 dólares, compatible con iPhone 6, 6+, 7 y 7+, así como Samsung S7 Edge y Google Pixel.
ACTUALIZACION ENERO 2018: AirSelfie vale 339.25 dólares, incluyendo una batería portátil cuyo precio individual es 103.50 dólares. Más detalles en su website.