Dicen que la moda es cíclica, y es importante saber que este concepto no se limita a las pasarelas y las tiendas de ropa, sino que afecta por igual al mundo de la tecnología y sus usuarios.
Ejemplos hay de sobra, pero para mantener las cosas actuales veamos el caso de ChatGPT, una herramienta conocida por el mundo entero que es capaz de hacer prácticamente de todo pero que es utilizada de manera un tanto básica por el común de la gente.
Más allá de resumir textos y generar escritos, ChatGPT crea también imágenes, y es aquí donde las cosas han dado un giro curioso, pero no del todo inesperado.
Solía ser que la gente indicaba al sistema la imagen que deseaba crear, con instrucciones específicas según cada caso, pero entonces llegó la moda Estilo Ghibli, con toda su carga de controversia y excesos. De repente, la gente, por no quedarse fuera de la moda, empezó a pedir su estilo Ghibli, y cuando esa moda se desvaneció empezaron pues a pedir el estilo que estuviera bateando en el momento.
¿Resultado de este comportamiento predecible? Fuera de esos estilos específicos, hoy da mucho trabajo lograr que ChatGPT produzca imágenes más allá de estilos muy básicos dignos de un libro de colorear.