A ver, ¿quién no se ha tomado un autorretrato con su teléfono? Este fenómeno, conocido como selfie, está tan arraigado que en noviembre pasado salió una aplicación llamada Shots of Me que hace las veces de red social exclusiva y par de semanas después el presidente estadounidense Barack Obama se vio en un lío por tomarse fotos de ese tipo durante el acto del funeral de Mandela en Sudáfrica.
¿Son las selfies algo más que una moda pasajera? Siendo el caso que la gente lleva años tomándose fotos con sus teléfonos y compartiéndolas en Facebook, Twitter, Instagram y demás redes sociales, podría decirse que ya los selfies forman parte de la cultura social online. Ahora bien, ¿sirven de algo de estas fotos? Hay quienes opinan que se trata de arma de doble filo, sobre todo en el contexto online, porque cada foto que se hace pública en Internet queda disponible para siempre, a merced de cualquiera, sin importar sus intenciones.
Con las fotos publicadas en internet, sean selfies o no, ciertamente puede hacerse de todo: engaños, spam, robo de identidad, acoso y un largo etcétera. Con las selfies, aparte de estar expuestas a este tipo de situaciones, pasa algo aún más perturbador: a menudo incitan ofensas e insultos públicos, con consecuencias fatales en ocasiones. Visto así, hay gente que condena la práctica, conjuntamente con la proliferación de redes sociales y la aparente soltura con que se comparte la vida por ahí. Sin embargo, no todo es malo, tal como demuestra Dove con un corto que se está presentando en el festival de cine Sundance.
Titulado “Selfie”, el corto, dirigido por la productora de documentales Cynthia Wade, explora el sentir de jóvenes estudiantes respecto a su propia belleza y cómo se compara la misma a los ideales establecidos por la industria de la moda y el entretenimiento en general.
Dove lleva 10 años con el mensaje de que la belleza es subjetiva y que no hay un molde que la defina, aún cuando se ha querido imponer esta idea desde hace décadas. Con la participación de estas jóvenes y sus madres se hizo un experimento donde las selfies fueron el último eslabón de una larga cadena de reflexiones y valentía. Habrá quien se pregunte qué tiene de valiente tomarse una foto, pero entonces hay que recordar que mucha gente no soporta la idea de que le tomen fotos, muchos menos verlas publicadas, ya sea en una red social o en un álbum tradicional.
Con estas selfies, donde las participantes expresamente resaltan aquellos rasgos o atributos que normalmente ocultarían, Dove prueba el punto una vez más: no hay un molde establecido de belleza, pero la idea permea y termina afectando la autoestima de millones de mujeres en todo el mundo.Tal como puede verse en el video, las fotos fueron exhibidas, con el efecto de que esos rasgos “menos favoritos” generaron reacciones positivas, ayudando efectivamente a redefinir el concepto de la belleza.
El mensaje de Dove con “Selfie” es claro: aceptarse tal como se es, algo que se dificulta con tantas imágenes que promueven lo contrario e insultos gratuitos que aparecen tanto en el entorno online como offline. Para los que pongan en duda estas cosas, un dato: la aplicación de Shots of Me no acepta comentarios públicos porque sus creadores consideran que quien comparte sus selfies en una red lo hace porque se siente bien consigo mismo y no hay por qué arruinar ese momento.